POR ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DE MALANQUILLA (ZARAGOZA)
No es frecuente este tipo de noticias en Malanquilla, pero de tarde en tarde, ocurren. Estamos demasiado acostumbrados a que el devenir de los tiempos nos traigan pocas novedades y sorpresas. Y en este 2019 se han juntado dos.
La pasada Semana Santa llegó a la parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción, un nuevo sacerdote, en sustitución de Don Juan, párroco del lugar durante más de dos décadas a quien se le aceptó su renuncia por jubilación. Bien merecido tiene Don Juan el descanso después de una infatigable labor al frente de los pueblos que le asignaron. Bien es sabido que los curas rurales no gozan precisamente de paz y tranquilidad en el desempeño de su misión pastoral. La mayoría de las veces –como es el caso- comparten varios municipios con lo que las tareas propias del sacerdocio se multiplican, además de tener que viajar por esas carreteras de Dios continuamente, en verano y en invierno. Desde el reconocimiento por tan dilatada contribución al bienestar espiritual de los malanquillanos, entre otros, le deseo a Don Juan todo lo mejor en la hora de su bien ganado retiro.
Su lugar lo ocupará en lo sucesivo Don Esteban, un joven sacerdote costarricense a quien se le han encomendado además las capellanías de Villarroya de la Sierra y Clarés de Ribota.
No había tenido ocasión de saludarle y ayer domingo, en el pórtico de la iglesia, intercambié unas breves palabras con él. Mi impresión no puede ser más favorable. Sabe escuchar, se interesa y saluda a todos y manifiesta sin buscarlo una innata predisposición a la humildad y al servicio comunitario. Cualidades que en el sacerdocio se dan por inherentes pero que en muchos miembros del clero no son manifiestas ni perceptibles.
Quedamos en profundizar en el mutuo conocimiento, lo que para mí, sin duda, resultará enriquecedor.
Y si hablábamos recientemente de la reelección de Ernesto Marín como alcalde, bien está que, en esta ocasión, nos refiramos también a los concejales que ocupan sillón en el consistorio.
La despoblación de los núcleos rurales en general tiene también su reflejo en Malanquilla. Una de las consecuencias es que, por primera vez, el ayuntamiento queda compuesto por tres concejales y no por cinco como venía siendo habitual. En el equipo de gobierno, junto al alcalde, se sentará Casimiro Moreno. Maestro de profesión, ya jubilado, con raíces, presencia y participación continuada en las cosas del pueblo, por lo tanto, buen conocedor de Malanquilla y sus circunstancias, aunque nunca ha ocupado cargo alguno en el ayuntamiento. En una reciente conversación telefónica, que agradecí, me anticipó –con la ilusión de los que empiezan tarea- las claves sobre las que cimentará su nueva actividad como concejal de cultura… Creo y deseo que será un magnífico representante de la voluntad popular plenamente comprometido con su nueva responsabilidad. Su idea de crear una comisión de cultura y de hacer partícipes de los proyectos al mayor número de personas posibles, es digna de elogio y reconocimiento.
El tercer concejal, con experiencia en el cargo, aunque esta vez en la oposición, es Raúl Sánchez. Hijo del que fuera alcalde a lo largo de varias legislaturas, del mismo nombre, por lo que los asuntos municipales los ha vivido de cerca y no le son ajenos. Es joven, agricultor y conocedor como pocos de los entresijos del día a día de Malanquilla y además interés y ganas no le faltan.
Mi percepción es que los tres van a dar lo mejor de ellos mismos para contribuir al bienestar de los malanquillanos. Ayer también comentaba con el alcalde que hay que hacer de la necesidad virtud; el contar solamente con tres concejales lejos de ser un problema puede favorecer la consecución de proyectos y, en este sentido, me anunció que ésta no va a ser una legislatura de imposición, aún teniendo mayoría, sino de consenso y que las propuestas de la minoría serán tomadas en consideración, estudiadas y aprobadas si se consideran buenas para el municipio; al fin de cuentas se trata de malanquillanos trabajando para mejorar Malanquilla.
Enhorabuena a los tres, a vuestra disposición y el deseo de los mayores éxitos tanto personales como colectivos.