POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)
Este año la Semana Santa cae bastante avanzada la primavera, aunque parece invierno con nevadas y todo. Pero, independientemente de las fechas, llega como siempre poniendo ritos y vivencias pasionales en toda la cristiandad, aunque en nuestra tierra tenga unos modos distintos y especiales de celebración, con una religiosidad popular que rememora la Pasión de Cristo y vive la resurrección del Señor, en unas fechas muy intensas en lo religioso, íntimas, y también en las manifestaciones externas, esas procesiones que en nuestra tierra tienen personalidad propia, especial, sobria pero grandiosa, y que saca a sus calles la mejor imaginería castellana de la que hacemos gala.
Por circunstancias curiosas, entablé contacto con un historiador del arte en mi redescubrimiento del último gran escultor barroco de la escuela de Valladolid, Felipe de Espinabete, Javier Baladrón, experto en este escultor. En Arévalo lo tenemos representado en las esculturas de retablo mayor de San Martín, yo he visto algunas de sus obras en Las Edades del Hombre y en Valladolid, y claro, se imponía una visita y poder contrastar pareceres y datos en viva voz. Y así fue, llegó a nuestra ciudad Javier Baladrón, doctor en Historia del Arte de la Universidad de Valladolid, a la cita establecida acompañado por otro doctor e Historiador del Arte, Alejandro Rebollo. Hicimos un recorrido por nuestro patrimonio, y no sólo de Espinabete, descubrimos el famoso San Zacarías, y los pasos arevalenses depositados en la Iglesia-Museo de El Salvador. Y allí de nuevo la sorpresa, todas las miradas se dirigieron a la misma imagen, al Cristo de la Buena Muerte. Antes que ellos también lo ponderaron otros historiadores, José Antonio San Martín de la Riva cuando grabó el programa “Andas y varales” de la TV 8 de Castilla y León, y Rubén Fernández, el gran guía de Las Edades de Arévalo, otro gran historiador del arte y buen amigo… lo situaban en el más cercano círculo de Gregorio Fernández, de sus primeros y más cercanos colaboradores. Y yo lo dejé escrito en este Diario.
Pues, al hilo de la cuestión, el domingo fui a Valladolid a ver una exposición que prometía mucho interés, de la que es comisario Rebollo, con mi agradecimiento por su invitación, y fui recibido por ambos amigos historiadores del arte, Alejandro y Javier. En la iglesia de un antiguo convento, “Las Francesas”, la magnífica sala de exposiciones, me recibieron ambos. Éramos cinco las personas que iniciamos el recorrido expositivo con las magistrales explicaciones de Alejandro, un relato acorde con el título, “Ecce Homo: el Hijo del Hombre” tema muy de esta época pasional, como en otras exposiciones anteriores, en torno a la Semana Santa, y con el conocimiento preciso de un gran conocedor del patrimonio artístico religioso de iglesias, conventos, cofradías y museos de Valladolid, todo ello en una selección magnífica y un catálogo de muy buena presentación y calidad, de textos y de fotos, que amablemente me regaló. Todo aquello bien mostrado en esa iglesia conventual… y acabamos una treintena de personas siempre atentas.
Precisamente la bellísima foto del cartel, el Ecce Homo (1615) de Gregorio Fernández, del Museo Diocesano de Valladolid, me distrajo la mente por unos momentos y recordé algunas aventuras con este extraordinario imaginero de fondo. Rubén nos guio a un grupo de arevalenses en la ruta vallisoletana de los Gregorio Fernández…un día agotador en lo físico, y magnífico en el gusto y disfrute por el arte.
Otro gran historiador del arte, Jesús Urrea nos llevó la escultura de San Francisco a una exposición conmemorativa del imaginero, a Madrid y nos la devolvió restaurada y casi autentificada, atribuida… otro rastro arevalense del genial imaginero gallego de nacimiento y el gran exponente de la imaginería castellana de Valladolid.
Parece que el arte del bueno predispone bien a iniciar esta Semana de Pasión que en mi ciudad es sobria, sencilla y humilde, pero también muy bella, intensa y vivida con intensidad desde que se refundó la antigua y renovada Cofradía de la Santa Vera Cruz.