POR JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO, CRONISTA OFICIAL DE TRUJILLO (CÁCERES).
Las manos pintadas en las cuevas prehistó ricas, como las encontradas en las cuevas de El Castillo (Cantabria), el Risco de Paulino (Berzocana) y Maltravieso (Cáceres) en Es paña, las de Gargas (Altos Pirineos) y Pech Merle (Lot) en Francia, así como en Italia, Santa Cruz (Argentina), cueva de Tibirica (Brasil), cueva de Célebes (Indonesia) o en Australia, datadas en torno a 65.000-20.000 años, son uno de los primeros ejemplos de arte humano y han generado diversas teo rías sobre su significado.
Una teoría común es que las manos eran una especie de firma personal, una forma en la que los individuos se identificaban. Este tipo de marca podría simbolizar la presencia de una persona en un lugar, quizás como testimonio de haber estado allí o de haber sido parte de una comunidad o evento significativo. Otra interpretación es que las manos tenían un propósito mágico o de protección. Podrían haber sido utilizadas para invocar poder o protección sobre el grupo o el entorno. Algunos arqueólogos sugieren que las manos eran un intento de «dejar una huella» para atraer la buena suerte o para ahuyentar a los espíritus malignos.
Según algunos estudios de antropología comparativa, el arte rupestre podría haber sido producto de estados alterados de con ciencia inducidos por rituales o consumo de plantas psicotrópicas. En estos trances, las personas podrían haber percibido sus manos como símbolos místicos o sagrados y haber sentido la necesidad de representarlas en la roca.
Otra posibilidad es que las manos pudieran haber sido una forma de comunicación visual, especialmente en un contexto en que el lenguaje hablado aún no estaba completamente desarrollado o no era el principal medio de comunicación. La posición, tamaño y colores usados en las manos pueden haber transmitido mensajes sobre el estatus, intenciones o historias del grupo.
Múltiples dimensiones
Las manos en las cuevas siguen siendo un enigma, y es probable que su significado haya incluido múltiples dimensiones de simbolismo y propósito, según el contexto de cada comunidad. Cada teoría nos ofrece una perspectiva distinta sobre la vida, espiritualidad y sociedad de nuestros antepasados.
A algunas manos les falta un dedo y existen varias teorías sobre ello. La teoría de las manos con alteraciones morfopatológicas fue defendida por Breuil H, (‘La decoration parietal de la grotte de Gargas’, Bulletin de la Societé d Histoire Naturelle de Toulousse, 93, 1958, 391; Breuil, H: ‘Découverte d ́une grotte ornée paléolithique dans la, Cartailhac Cartailhac’, E: ‘Les mains rouges et noires et les dessins peléolithique de la grotte de Gargas’, Bulletin de la Société Archéologique du Midi de la France, 1906-1909, 37), redundando en posibles mutilaciones de algunos de los dedos, considerando que este hecho era abundante en las cuevas de Gargas y en Tibiran y relacionándolo con deformaciones congénitas o por enfermedades como trombo-angeiitis obliterante.
El profesor Leroi-Gourham lo relaciona con un sentimiento de luto, en algunas poblaciones las viudas se cortaban las falanges a la muerte de su marido. De hecho, en una tribu del oeste de Nueva Guinea las mujeres se cercenan un dedo cada vez que muere algún ser querido, como un hijo. No obstante, el mismo profesor también planteó la posibilidad de interpretarlo como un repliegue intencionado de los dedos, como un código gestual con algún significado cinegético. En esta línea están los profesores Sergio y Eduardo Ripoll e Hipólito Collado en su interesantísimo estudio Maltravieso. El santuario extremeño de las manos, Badajoz, 1999,97.
No obstante, consideramos que el motivo por el que aparecen en algunas manos la falta de la zona media de una falange se debe a ritos propiciatorios, a motivos mágico-religiosos, y ese puede ser el motivo por el que nos encontremos, en alguna de las falanges o sin el dedo meñique, con las manos pintadas de la cueva cacereña de Maltravieso.
Considero que podría representar un rito de iniciación. En diversas culturas actuales existen rituales de paso que implican dejar marcas o pruebas de la transición de una etapa de la vida a otra. Así, las manos podrían haber sido una forma simbólica de iniciar a alguien en la adultez o en una función dentro de la tribu. También puede darse el caso de que el artista que ha pintado animales en esa cueva quiera dejar testimonio de su mano como la firma del autor, las manos están acompañadas de figuras geométricas y escenas de caza.
Arqueólogos de la Junta de Extremadura, como es el caso del experto arqueólogo Hipólito Collado, han llegado a afirmar que la disposición de las manos puede indicar señales para transitar por la cueva. De hecho, al entrar en la cueva las manos que aparecen en el lado derecho están colocadas de forma horizontal con los dedos en dirección al interior, mientras que las que se han encontrado en las paredes del lado izquierdo lo están con los dedos de la mano apuntando hacia el hueco de salida. Además, cuando aparece alguna oquedad peligrosa la situación de las pinturas de las manos es en vertical, como alertando del peligro de caída o de alguna bifurcación de la galerías.
En Cáceres, la fertilidad natural del suelo, unida a la gran abundancia de aguas, clima y excelente posición geográfica, determinaron el poblamiento de esta comarca desde tiempos remotos que se pierden en la bruma prehistórica. Los testimonios más antiguos de pintura rupestre los encontramos en la cueva de Maltravieso, que se encuentra situada en la zona sur de la ciudad de Cáceres, en una zona calcárea que es conocida con el nombre de El Calerizo. La primera publicación científica sobre la cueva se debe a su descubridor, Carlos Callejo Serrano (La Cueva Prehistórica de Maltravieso, junto a Cáceres. Publicaciones de la Biblioteca Pública de la Ciudad., Cáceres, 1958).
Desde el punto de vista geológico, Maltravieso se encuentra en el extremo centro-meridional del occidente de la zona Centro-Ibérica del Macizo Ibérico o Macizo Hespérico Meridional, en la penillanura extremeña, comprendida entre la Depresión del Tajo al Norte y la Depresión del Guadiana al Sur. Maltravieso, con sus cinco salas u oquedades, corresponde a un karst estructural, originado fundamentalmente por corrosión desarrollada a favor de los planos de debilidad de la roca carbonatada, con una alimentación autóctona, producida por infiltración de agua de lluvia de forma gravitacional. En el conjunto de las manifestaciones artísticas de Maltravieso se constata la utilización de la pintura y del grabado. En la pintura encontramos el uso de diferentes pigmentos, fundamentalmente rojos y en menor medida marrones, negros y blancos, con los que se han realizado manos, ideomorfos y zoomorfos (ciervos, bóvidos) (Ripoll, Ibídem, 1999).
El tema básico de la cueva son las representaciones de manos –71 siluetas en ocre rojo y solamente en tres se emplearon pigmentos blancos- (Almagro, M: ‘Las pinturas rupestres cuaternarias de la cueva de Maltravieso, en Cáceres”. Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. LXVIII (2), 1960, pp. 665-707; Jordá and Sanchidrián, J.L.: La cueva de Maltravieso. Consejería de Educación y Cultura. Editora Regional de Extremadura., Mérida, 1992), con una datación de hasta 65.000 años de antigüedad, que se encuentran en numerosos paneles diferenciados. Junto a las manos se representan signos (puntuaciones y líneas paralelas, siempre en pintura), figuraciones zoomorfas y trianguliformes grabados (Ripoll, E. and Moure, J. A: ‘Grabados rupestres de la cueva de Maltravieso (Cáceres)’. Estudios dedicados a Carlos Callejo Serrano. Excelentísima Diputación Provincial de Cáceres. Servicios culturales. Cáceres 1979) o pintados, que aparecen en los diferentes paneles unas veces de manera independiente y otras asociada a aquéllas.
FUENTE: CRONISTA