EL CRONISTA OFICIAL DE ELDA (ALICANTE), GABRIEL SEGURA, EXPLICA A VALLE DE ELDA QUE «SE DESCONOCE CUÁNDO COMENZÓ ESTA TRADICIÓN, PERO EN LOS ESCRITOS DEL SIGLO XIX NO APARECE, POR LO QUE TODO APUNTA A QUE FUE EN EL SIGLO XX»
El aroma del espliego es el más característico de las Fiestas Mayores. Los eldenses que hayan acudido alguna vez en la medianoche del 6 al 7 de septiembre a la Iglesia de Santa Ana a saludar la Virgen de la Salud y el Cristo del Buen Suceso, asociarán este olor a las fiestas patronales.
Esta tradición continúa gracias a la pasión de algunos eldenses que cultivan, recogen y entregan el espliego a la parroquia. Una de las personas que más espliego dona es el eldense José Luis Valero. Para él todo comenzó hace ahora unos 15 años, la noche de un 6 de septiembre en la que entró a la iglesia y apenas notó el característico olor con el que había crecido. Entonces habló con su padre, Vicente Valero, quien desde pequeño le inculcó la pasión por las Fiestas Mayores, y le dijo que a partir de ahora trabajaría por devolverle ese olor tan característico a sus fiestas. Hace 10 años llevó un gran número de plantas y bromea al asegurar que hasta su mujer al entrar a la iglesia le dijo que se había pasado.
El proceso de cultivo del espliego, indica Valero, no es muy costoso, pero sí largo, pues no es hasta cuatro años después de su plantación cuando se puede empezar a cosechar. En la actualidad tiene más de 150 plantas que ha ido recogiendo a lo largo de los años. Cada 10 años el espliego se seca, por lo que debe ir renovando la plantación con el fin de no quedarse ningún año sin él. Admite que el cultivo del espliego no es un trabajo, sino que se relaja cultivando la tierra y cuidando de sus numerosas plantas.
José Luis Valero habla con pasión de esta planta aromática y expresa que para él es una satisfacción poder ayudar a que la iglesia de Santa Ana conserve este característico olor, de hecho admite que sería ideal que no se recogiera el espliego hasta que terminaran oficialmente las fiestas, para que todos los eldenses puedan disfrutar de este aroma durante los días grandes de la ciudad. José Luis admite que lo que más disfruta es, tras colocar el espliego en el suelo, sentarse en el primer banco de la iglesia y en silencio contemplar a los patronos durante unos minutos en un silencio total.
El cronista oficial de Elda, Gabriel Segura, explica a Valle de Elda que «se desconoce cuándo comenzó esta tradición, pero en los escritos del siglo XIX no aparece, por lo que todo apunta a que fue en el siglo XX», y añade que «este tipo de aromas se utilizaban en las iglesias para matizar el olor que se producía cuando se reunía tanta gente», como también recalca el encargado del Archivo Histórico de Elda, Fernando Matallana.
Así los eldenses tienen una cita con los Santos Patronos y el característico olor a espliego esta medianoche, tras el pregón de Francis Valero, hermano de José Luis.
Fuente: https://valledeelda.com/