BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA (ALICANTE).
1.-Llega el momento de firmar la paz con Castilla.
La conquista de Murcia terminó a finales de 1300, momento en el que una serie de circunstancias hicieron replantearse al rey Jaume II un cambio de política exterior.
El 6 de diciembre de 1301 era declarada la mayoría de edad de Fernando IV de Castilla, precipitando la caída de su consejero, el infante don Enrique, defensor de la causa dinástica de Don Alfonso de la Cerda y de la corona de Aragón en el reino de Murcia. Castilla rápidamente buscó un aliado, y que mejor que el vecino Portugal. Así en 1302 se produjo el matrimonio del monarca castellano con Dª Constanza, infanta de Portugal y emparentada también con la casa de Aragón.
La Corona de Aragón, por su parte, perdió a un fiel aliado, el reino de Granada, al fallecer su monarca Muhammad II (8 de abril de 1302). Su hijo, Muhammad III Abu Abdalá en vez de seguir apoyando a Jaime II creyó más conveniente firmar la paz con Castilla.
Además los problemas internos acechaban a la Corona de Aragón. Una sublevación nobiliaria contra el rey Jaime II hizo que el rey se planteara buscar el apoyo de Castilla para sofocar esta rebelión.
E incluso en estos momentos tan delicados el Papa le volvía la espalda. Bonifacio VIII en Anagni el 6 de diciembre de 1301 publicó una bula por la que se legitimaba el matrimonio del ya fallecido Sancho IV y su consorte Dª María de Molina. Esto suponía la legitimación de la sucesión del trono de Castilla de su hijo, Fernando IV, dejaba sin fundamento jurídico la causa dinástica de D. Alfonso de la Cerda y obligaba a su vez a Jaime II a reconocer de jure y de facto a Fernando IV como el único soberano legítimo de Castilla y León.
Ahora había que llegar a un acuerdo sobre el reino de Murcia, pues con esta bula papal Jaime II no había tomado posesión de unos territorios que le pertenecían por donación del legítimo rey de Castilla, si no que había conquistado una zona plenamente castellana.
2.-El Tratado de Torrellas.
Así en 1304 se pensó que la mejor fórmula para hallar una solución y firmar la paz entre Castilla y Aragón era una sentencia arbitral. De esta forma se creó un tribunal de arbitraje altamente cualificado y elegido por ambas partes. Estaba formado por: el infante don Juan, tío de Fernando IV, por parte de Castilla; el obispo de Zaragoza, don Jimeno de Luna, por la de Aragón y, como presidente y árbitro, el rey de Portugal, don Dionís.
Los artífices en realidad de este arbitraje fueron el infante de Castilla, don Juan, más proclive a la causa de Aragón, que a la de Castilla y el propio Jaume II.
La reina-madre Dª María de Molina quiso reservar íntegro el reino de Murcia para Castilla, sin embargo su partición se hizo necesaria.
La sentencia arbitral que puso fin a la guerra entre Castilla y Aragón fue recogida en el texto de Torrellas. El fallo fue emitido el 8 de agosto de 1304 en Torellas (Zaragoza) y fue ratificado los días 9, 10 y 11 de agosto por ambos monarcas en Agreda (Soria), Campillo, Tarazona (Zaragoza) y Soria. En él se partía el antiguo reino de Murcia en dos partes, a uno y a otro lado del bajo Segura. A la Corona de Aragón correspondió la septentrional y a Castilla la meridional, a excepción de Cartagena y Guardamar, que pese a su ubicación en la margen derecha del río fueron adjudicadas a Aragón.
3.-El Pacto de Elche.
Esta sentencia había permitido solucionar la espinosa cuestión del reino de Murcia; sin embargo la frontera entre los dos reinos no estaba clara; pues no se precisaba la línea divisoria desde Villena hasta el punto en el que el Segura penetra en el reino de Valencia. La solución fue hallada en un tratado posterior al año siguiente y conocido como Acuerdo de Elche.
Se creó una nueva comisión formada por Diego García, canciller mayor de Castilla y Gonsalvo García, consejero real de Aragón. En esta ocasión las negociaciones no iban a ser fáciles, pues el delegado castellano no estaba dispuesto a ceder el municipio de Yecla, villa del señorío del noble don Juan Manuel, a Aragón. Ante esta inquebrantable voluntad el delegado aragonés tuvo que ceder.
Ello obligó a trazar una frontera castellano-aragonesa irregular y caprichosa. El 19 de mayo de 1305 se firmó en Elche este nuevo acuerdo. Caudete y Jumilla se adscribían a Aragón, mientras que Yecla se reserva para Castilla. La nueva frontera se fijó partiendo de la actual Venta La Encina, proseguía hacia el sur por el límite comunal que separaba Villena de Almansa, seguía por el linde de Caudete con Almansa, bordeando el territorio de Yecla, continuaba por el confín de Yecla y Jumilla, continuaba luego la divisoria del término de Jumilla con Ontur, Tobarra, Hellín y Cieza, para descender hacia el Segura entre los términos de Fortuna y Orihuela, buscando el mar aproximadamente por el actual límite interprovincial de Alicante y Murcia.
También se cedió a Castilla Cartagena, en compensación a la pérdida sufrida por esta al donar el señorío conquense de Alarcón, al noble don Juan Manuel.
4.-La incorporación de las nuevas tierras a la estructura administrativa del Reino de Valencia.
Durante la época de la conquista el reino de Murcia (1296-1304) fue administrado por un lugarteniente real, al que se denominó: Procurador General del Reino de Murcia. El primero que desempeñó este cargo fue su hermano, Jaime Pérez, señor de Segorbe, a quien sucedió otro noble, Bernat de Sarriá y a quien sucedería Pedro de Monteagudo.
Con la sentencia arbitral de Torrellas (1304) y su anexo el acuerdo de Elche (1305) el antiguo reino de Murcia quedó dividido en dos regiones. La meridional para Castilla y la septentrional para la Corona de Aragón. Las nuevas tierras incorporadas, situadas al sur de la actual provincia de Alicante, pasaron a llamarse Regnum Valentiae ultra Sexona o Reino de Valencia allende Jijona o enllà Sexona. El gobierno de este territorio fue encomendado a un delegado del Procurador General de la Corona de Aragón, llamado Procurador Regni Valentiae et terre ultra Sexona, pero que en caso de no vivir él personalmente en tierras de la delegación, habría de tener en ellas un lugarteniente, con sede en Orihuela.
El rey Jaume II también utilizó la misma nomenclatura al referirse a la bailía. Así se llamó baile general del Reino de Valencia ultra Sexonam.
La conquista del reino de Murcia por parte de Jaume II y su posterior incorporación a la Corona de Aragón supuso para Xixona el perder el estatus de primera línea frente al posible enemigo, de ser frontera con el reino de Murcia primero y después con Castilla. Ahora quedaba en una segunda línea, más alejada de la frontera administrativa. Pasó a ser la referencia lingüística de los nuevos territorios incorporados que formaban el Regnum Valentiae ultra Sexona.
Xixona durante casi cincuenta años (1244-1296) fue llave de entrada y salida al Reino de Valencia y los jijonencos siempre tuvieron a bien ese papel de ser el garante de la seguridad del nuevo reino y así lo reflejaron en su escudo de armas en el que junto con el castillo, las barras de Aragón aparecen también dos llaves.
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