POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA
Los donativos que se fueron recibiendo para la reconstrucción del templo de la Inmaculada Concepción hicieron posible que en el mes de diciembre de 1940 pudiera abrirse, aún inacabado, y recibiese a la nueva imagen de la patrona de Torrevieja, la Inmaculada Concepción, obra del escultor valenciano José María Ponsoda. La reconstrucción total no acabaría hasta los primeros años de la década de los sesenta.
Apareció entonces en la sociedad una religiosidad dramática, más aparente que real, y desde numerosas instituciones se preparó la recristianización de España y sobre todo, de sus clases trabajadoras.
Un ejemplo fue el Apostolado de la Oración del Sagrado Corazón de Jesús en Torrevieja. En uno de sus programas, hecho en la imprenta de Julio Martínez en el año de 1952, se describen los actos a celebrar los días 19, 20 y 21 de junio, las ocho y media de la mañana se celebraron misas de Comunión, con meditación y oración, en las que estuvo expuesta la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. La misa del 19 de, estuvo dedicada, por María Bianqui Bianqui, a sus difuntos padres. El día 20, en sufragio de su alma y dedicada por sus familiares a Gregorio Gómez Fernández, Gore el sastre. Y el último día, el 21 de junio, por Filomena Gallud a sus difuntos. Al día siguiente, 22 de junio, a las nueve de la mañana se celebró una misa interpretada a orquesta por un coro de la localidad. El panegírico estuvo a cargo de José Martínez Sánchez, canónigo de la colegial de Alicante, celebrándose a las siete y media una procesión con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, presidida por los miembros de la corporación municipal, jerarquías y demás autoridades civiles y militares. La Junta Local del Apostolado, presidida por Amalia Aguirre, hizo partícipe de la celebración a todo el pueblo para que asistiese a los cultos, rogándoles a las asociadas que portaran la insignia del apostolado.
El día 8 de diciembre de 1956, se inauguró el nuevo camarín de la Purísima Concepción -réplica del que se estrenó el 8 de diciembre de 1928, destruidos en el incendio del 3 de marzo de 1936-, para el que Tomás Valcárcel Deza hizo el dibujo-creación de una cortinilla de raso azul con artísticos y valiosos bordados en oro, plata y piedras preciosas, realizándose bajo su dirección y aportando materiales y el trabajo del bordado; mientras que Alfredo Barceló Hernández aportó los géneros de raso y forros necesarios para su confección, gracias también a la Congregación de las Hojas de María, especialmente a la labor de su presidenta, Angelita Castell Mínguez y a los donativos de los torrevejenses.
Dos ángeles, a la derecha e izquierda de la Purísima y unos angelotes murillescos y mofletudos que revolotean sobre la clásica gloria algodonada de los escultores y pintores, al pie de una aureola formada por dorados y geométricos rayos de sol.
(Continuará)
Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 17 de diciembre de 2016