EL GERMEN DE LA COLETILLA «DE LEÓN»
Jun 20 2024

POR MARÍA DEL CARMEN CALDERÓN BERROCAL, CRONISTA OFICIAL DE CABEZA LA VACA (BADAJOZ) 

El germen de la coletilla «de León» en los pueblos de la Baja Extremadura, como Calera de León, Segura de León, entre los que se encuentra territorialmente Cabeza la Vaca, sería este que vamos a apuntar, aparte del origen directo en la Orden de Caballería que tenía su sede en San Marcos de León, la Orden de Santiago.

A pesar de los primeros avances territoriales de los reyes de la dinastía astur en la Reconquista, cuando la capital se estableció en León, surgió un espacio territorial, que algunos denominan una «tierra de nadie»que venía a situarse entre la cadena montañosa cantábrica y la margen meridional del río Duero.

No es que el Valle del Duero fuese un gigantesco despoblado sino que hubo pobladores y tierras cultivadas a pesar de la fragilidad militar de su geografía fronteriza sin ajustarse estrictamente a un sistema administrativo y/o militar, quizás fuese correcto denominar a esta zona como de ruina  administrativa a la que era necesaria una reorganización territorial, una reordenación o reorganización de la vida municipal.

Claudio Sánchez Albornoz defendió la tesis del desierto demográfico en la cuenca del Duero, distinguiendo cuatro áreas:

  • el norte de Portugal,
  • la montaña leonesa,
  • la meseta castellana y
  • el área condal.

La población leonesa pudo emigrar al norte tras la invasión musulmana, lo que habría acarreado el abandono de las poblaciones que seguían la administración de los invasores romanos y sus instituciones, estructuras que mantendrían conviviendo con el periodo de dominación visigoda, al final del cual se produce la invasión a sangre y fuero de los moros.

Tanto las fuentes cristianas como las musulmanas mencionan la evitación del enfrentamiento bélico en lo que consideraban la yerma comarca de León.

En el área castellana, una zona de considerable asentamiento visigodo, también hubo una importante despoblación entre los siglos VIII y IX.

Para proceder a la ocupación del territorio considerado como despoblado y yermo, denominado en las fuentes como «scalido«, se necesitaba anunciar que el espacio se iba a ocupar y se ocupaba; y legitimarlo obteniendo la confirmación real (realengo). Cabeza la Vaca fue territorio de realengo.

Todo esto requería roturar la tierra, limpiarla, cultivarla y ponerla en producción.

El área de El Bierzo quedó repoblada en el siglo IX, atrayendo población mozárabe (cristianos en tierras usurpadas por los moros), mientras que Castilla lo hizo mediante iniciativa privada (señorío), en un paisaje configurado con elementos defensivos donde una sociedad de campesinos libres se regía por las leyes consuetudinarias.

El paisaje defensivo estaba presente tanto en realengo como en señorío, pues significaba la defensa de la población, frente a invasores, fuesen musulmanes o portugueses, hasta de los vikingos hubo de defenderse en algunas ocasiones.

Otros repobladores del norte procedían del área galaica y astur. Están presente en la herencia genética: ojos claros, cabello rubio, topónimos, etc.

La ciudad de León ejerció una fuerte atracción, aunque con mayor densidad demográfica y diversidad social.

De manera progresiva, los mozárabes fueron ocupando amplias parcelas de tierra de las llanuras al norte del Duero a lo largo del siglo X.

Procedentes de ciudades como Toledo, Badajoz y Córdoba, estos mozárabes contribuyeron significativamente al desarrollo económico del reino leonés gracias a sus avanzadas técnicas agrícolas y sus conocimientos especializados.

Bajo el gobierno islámico, estaban obligados a pagar la capitación anual denominado «yizya» y a realizar una contribución extraordinaria cada mes lunar. Los españoles pagábamos por estar en nuestra propia tierra.

En estos momentos y en estas zonas no reconquistadas aún, los mozárabes eran supuestamente protegidos por el «protector», mientras que el «exceptor» y sus oficiales o agentes recaudaban
los tributos de obligado cumplimiento. Los litigios los resolvían el censor, juez o «cadí de los cristianos».

Los mozárabes generalmente hablaban en pero solían conocer el idioma de los invasores, el árabe, con este bilingüismo favorecieron tanto el crecimiento demográfico como el cultural.

Los mozárabes, elementos cristianos, habitantes naturales, mezcla de iberos a los que se unirían las sangres de fenicios, tartesos y ários, difundían sus conocimientos en códices, manuscritos miniados, que se ha determinado en llamar «beatos», por el Beato de Liébana,  el clérigo autor del «Beato de Liébana» de bellas y coloridas ilustraciones. En todos se realizaban comentarios bíblicos y del Apocalipsis. Su arquitectura serían los templos románicos.

La coletilla «de León» viene de la representación heraldica, pues el simbolismo de la edad media hablaba tanto o más como la propia lengua, muchos no sabían leer, eran incultos, pero sí veían y entendían los significados transmitidos a través de imágenes en piedra y en pintura. El león era símbolo de poder, de resurrección, representaba al mismo Jesucristo.

FUENTE: https://cabeza-la-vaca.blogspot.com/2024/06/el-germen-de-la-coletilla-de-leon.html

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