POR CATALINA SÁNCHEZ GARCÍA Y FRANCISCO PINILLA CASTRO, CRONISTAS OFICIALES DE VILLA DEL RÍO (CÓRDOBA)
El hinojo
planta herbácea que a cambio de una caricia
te llena la mano de su balsámico olor
De un modo general podemos apreciar, que como todas las plantas, constan en una u otra fase de su vida, de los órganos vegetativos (raíces, tallos y hojas), y de los órganos reproductores (flores y frutos).
También conocemos que, según la forma de desarrollarse, los vegetales adquieren características diferentes: no es igual un árbol que una hortaliza, y por eso para su estudio se catalogan en familias que reúnan homólogos rasgos y caracteres.
En Botánica, el “Hinojo” está descrito como “planta herbácea de las regiones del Viejo Mundo, perteneciente a la familia de umbelíferas” por la forma de agrupar sus flores en sombrilla como el apio y la zanahoria.
Hoy me voy a ocupar del “hinojo” por ser un vegetal muy apreciado por mí, que convive con nuestra flora y que nos ofrece y proporciona múltiples satisfacciones organolácticas, y es muy elogiado por las personas de refinada sensibilidad al olor y al paladar.
La investigación de su origen me lleva a la hipótesis de que bien pudo ser traído a España en tiempo de las Cruzadas, siglos XI al XIII, periodo en que se intensificó el comercio con los pueblos orientales y que nos enriqueció con la importación de nuevos productos y materias primas; el azafrán, el gusano de seda y muchas especias nos llegaron entonces de Oriente.
El hinojo es una planta caduca y fácilmente suprimible, basta con cortarle las partes aéreas de su vegetación a ras de tierra; sin embargo, sus órganos subterráneos los rizomas, retoñan a finales de invierno cuando el clima le es propicio, apareciendo de nuevo verde, jugoso, envuelta la planta en hojas tiernas y largas que atraen la mirada, y cuando el tallo mide unos centímetros te tienta a masticarlo, percibiendo si lo pruebas su sabor y olor agradable a heno fresco, y la supresión de la sed.
Tiene un rápido crecimiento pudiendo llegar a superar el metro de altura, y esto hace que ya en el mes de junio podamos aprovecharlo como aliño de las aceitunas enteras mezclando trozos de sus tallos con los ajos, limón, laurel, etc. que tienen para este fin. También en el verano utilizamos sus trozos más finos para trinchar las berenjenas que se aliñan en vinagre.
A primeros de octubre, en los extremos de sus tallos nacidos en los nudos aparecen las flores en racimos simples, enseñando su color amarillo y que, muchas plantas agrupadas ofrecen el dulce y bello espectáculo de una tenue rociada de escarcha otoñal.
De las flores nacerán las semillas sobre los pedúnculos uniformes unidos en forma de sombrilla (umbelas).
En invierno, en nuestro pueblo, el consumo de este vegetal es grande, por su uso en todos los hogares donde se aliñan aceitunas verdes partidas y su olor ambienta las mesas más exigentes.
Es una planta que se cría a los pies de las estribaciones de la sierra revuelta con el monte bajo, y en la campiña, almacenando su fuerza en raíces y genes para hacerla perdurar en sus lugares autóctonos y sobrevivir a la desforestación, a las sequías y a los herbicidas y si nadie la corta antes, llegará con vitalidad hasta el final de su ciclo.
Camino de Cavanillas en la carretera de Villa del Río a Cañete de las Torres, renacen cada año en los ribazos del alquitrán al borde de la carretera junto a los áridos, unos tallos fuertes y generosos que engalanan de verde y amarillo las aceras, ofreciendo al caminante su olor suave y agridulce que tan agradable hace exhalar, mientras se contempla el mar de olivos profundo y alto en el horizonte, con sus caseríos blancos, que semejan veleros en altamar.
El hinojo, es tan espléndido y desinteresado, que sólo con recibir una caricia te llena las manos de su balsámico olor.
Las amas de casa le estiman y tienen en él un gran aliado para aliñar sus menús, pues conocen la gran aceptación que tiene como condimento en los guisos y frituras de carne de monte: venados, jabalíes, cabríos, etc. y en las sopas de pescado, pues esta especia esencial transmite un sabor característico muy apreciado y destacable en la buena comida y en confitería.
Aunque la mayor parte del consumo es directo de la tierra, hoy podemos obtenerlo envasado; la industria se ha encargado de comercializarlo granulado, en troncos y en semillas, como aliño culinario, para emplearlo también en la confección de licores y helados.
Nuestra tierra tan rica en tantas y tantas materias orgánicas, pone al alcance del hinojo sus elementos naturales, tierra, agua y clima, para que arraigue y se multiplique aquí, en nuestro suelo, y el hinojo a su vez se ofrece agradecido poniendo a nuestra disposición su tallo oloroso y bello junto con su deseo de ser degustado.