POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)

Del discurso de Pedro Sánchez me quedo con una historia que le emocionó, según dijo, la de un hombre que tenía que caminar varios kilómetros después del trabajo diario para ir a clase y que consiguió terminar esos estudios. Hace un lustro se habló en los medios de una historia parecida, un tal Robertson, de 56 años, de Detroit, que a las ocho salía de casa cada mañana, caminaba 33 kilómetros, llegaba al trabajo a las dos, en la fábrica de piezas plásticas de Rochester Hills, y después de la jornada regresaba otros tantos kilómetros para dormir un par de horas, cada semana más delgado, como “El hombre que camina”, de Giacometti. La realidad es que hoy mujeres y hombres caminan y estudian el día entero para buscar trabajo sin encontrarlo porque pocas personas se atreven a crear empresas y empleo. Tuvimos tiempos mejores. En ocasiones vendría bien mirar atrás para ver el camino que nos queda por andar.

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