POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
¡Cuántas veces les he dicho que yo, por viejo, he visto tantas cosas que nada me sorprende! ¡Si hasta el At. de Madrid ganó ayer en Alemania por 4-2!.
Sí, ya e que Simeone es sorprendente ; pero tanto, tanto… es que «se sale».
Pues asómbrense con este caso «milagroso» que estoy viviendo: mi gran amigo ELÍAS BARREIRO, de Bodegas Barreiro-Amado y Mesón do Albariño, en Sanxenxo (Pontevedra), gran cultivador de ocas desde hace más de treinta años, me acaba de envíar un «huevo mayestático» (es decir, de tratamiento regio) que es, como decía un amigo y colega de profesión, «cojonudo y a la vez chocante».
Mide 12 cm de largo, en su parte central tiene un perímetro de 18 cm y su peso ronda los 230 g.
En la foto le acompañan un huevo normal-grande de oca y otro, también normal-grande de gallina.
¿Qué explicación podemos dar a este extraño caso?
Pues, verán; yo creo que todo es cuestión de AMOR.
Las ocas (Anser anser domesticus L.) ponen unos 50 huevos al año y su época de puesta abarca desde octubre a finales de primavera. Son animales muy enamoradizos; tanto que una vez que forman pareja, la mantienen… a no ser que enviuden y se vean obligados a un «nuevo ligue». Y, claro, para ligar hay que ponerse guapos y, si son hembras, demostrar que son pero que muy hembras. Es decir, ponedoras de huevos, huevos, huevos…¡Vaya!; de huevos que «valgan por tres».
Esto es lo que a mi entender le sucedió a nuestra oca del milagro.
Los huevos de oca son más nutritivos, más sabrosos y más «abundosos en nutrientes» que los de gallina.
Otra cosa es que se consigan con facilidad y a precio asequible.
Piensen que un huevo de oca , que cuesta unos 4 euros, aporta por cada 100 gramos unas 166 kcal equivalentes a 5l7 kJ.
¿Y cómo prepararlo?
Yo voy a hacerlo como HUEVO ROTO CON PATATAS REVOLCONAS, que es plato castellano-leonés, extremeño, manchego y andaluz.
También las dicen PATATAS MENEÁS.
Coceremos patatas medianas (lavadas y sin pelar) en agua con sal. Ya cocidas, se pelan y trocean al gusto y se disponen en una fuente honda.
Aparte, en sartén con aceite virgen extra (D.O. Monterrubio de la Serena) se fríen unos dientes de ajo laminados que, ya dorados, se retiran y reservan.
En ese aceite fríen unos torreznos (vale también panceta) hasta dorar y unas tiras de jamón ibérico de Extremadura (el de la comarca de La Serena es extraordinario); se colorea con pimentón dulce y picante y se lleva todo a las patatas, revolviendo bien.
En sartén con nuevo aceite se fríe el huevo de oca y se dispone sobre las patatas, rompiendo la yema para que se desparrame sobre ellas.
Lo dicho.
Ni los huevos rotos que se ofrecen en afamados restaurantes pueden igualar a los de la oca viuda y enamorada, que busca novio.
NOTA.- El huevo central (en la foto) es el protagonista de este comentario. Pone poesía Manuel Romero:
«Siempre será bienvenido
en el momento que quiera,
de cualquier modo o manera
y con cualquier apellido.
Relleno, al plato , cocido,
crudo , a la aurora, escalfado,
duro, frito, disfrazado
de rebozos y tortillas,
flan, bienmesabe, natillas…
¡Siempre bienaventurado!»