EL INCENDIO DEL ROMEA, LA ÚLTIMA GRAN TRAGEDIA DE UN TEATRO EN MURCIA
POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Era impetuoso Antonio Garríguez, algo lógico en cualquier joven que disfrutara diecisiete primaveras.
Pero, por desgracia, no contaría otra. Aquella noche del 10 de diciembre de 1899, mientras el fuego devoraba el Teatro Romea, cuando ya se encontraba a salvo en la plaza, decidió adentrarse en el infierno. Contaron que lo hizo para recuperar una manta o su cartera.
Error fatal.
Ni imaginó que solo recuperarían su cuerpo carbonizado a la mañana siguiente….