POR ALBERTO GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE BADAJOZ
En los libros el índice es parte muy importante, pues ofrece de manera resumida una información primera de su naturaleza y contenidos, estableciendo un orden secuencial que facilita y conduce la lectura. Sobre todo en los de carácter científico, investigación, historia y materias que requieren una estructura metódica, el índice resulta insoslayable.
Como los libros, las ciudades también tienen un índice cuyos epígrafes son los hitos de su pasado; porque las ciudades escriben los capítulos de su historia esculpiéndolos en monumentos, hitos y demás jalones que la resumen y ordenan. De ahí el interés de las inscripciones y reseñas que señalan y datan sus hechos, personajes y tradiciones.
El índice de Badajoz que componen sus inscripciones es muy expresivo, manifestando su naturaleza de plaza militar y religiosa. En la imposibilidad de ofrecerlo completo, basten unas muestras de las más señaladas.
En la puerta de Palmas aparecen dos: una señala la construcción de la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles por el arquitecto Gaspar Méndez c. 1535. La otra, en la fachada exterior, fechada en 1551, alude a Felipe II, aunque no a la construcción del monumento, como se suele afirmar.
En la del Pilar lucen dos alusivas a la colocación allí el año 1692 de una imagen de la Virgen del Pilar por el Capitán General de Extremadura, conde de Montijo, y las indulgencias concedidas por el obispo Marín de Rodezno a quien orara ante ella. La de la puerta de Trinidad expresa que se construyó en 1680.
Sobre la puerta del Capitel, que da acceso a la Alcazaba, se lee que la hizo en 1548 el corregidor don Nuño de la Cueva, quien de la mano del arquitecto Gaspar Méndez promovió también la construcción del puente de Gévora, varias fuentes y otras obras, cada una con su inscripción, que señalan la pujanza de la ciudad en el siglo XVI.
Cerca de la puerta del Capitel, la de una cruz situada ante la antigua ermita de San José informa del jubileo que allí se ganaba en ciertas fechas. En la Alcazaba, una esgrafiada en la Torre de la Horca que mira al río señalaba: «Aquí se sitúa el verdugo».
Otras informan de la altura alcanzada por las crecidas del Guadiana, de las últimas voluntades de don Lorenzo Suárez de Figueroa o su esposa doña Isabel de Aguilar, y muchas curiosidades más. Su lectura es la mejor guía para seguir la historia de Badajoz.
Fuente: https://www.hoy.es/