POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Es la tradición de tomar doce uvas para despedir el año la costumbre murciana más extendida de la historia? Podría serlo. O, cuando menos, basta ojear los periódicos de la época para encontrar evidencias de que así es. En cualquier caso, atragantarse a golpe de campanada no es un rito ancestral. Más bien, resulta tan reciente que aún viven murcianos que no lo conocieron en su infancia. Esta es la historia de las llamadas uvas de la suerte.
Los investigadores están de acuerdo en que la tradición de comer las uvas arrancó en el año 1909. Al parecer, fue un invento de unos avispados productores de uva que, debido a los excedentes de la cosecha, decidieron promover esta costumbre. Sin embargo, nadie se pone de acuerdo en establecer dónde surgió la idea. Unos apuntan que en Alicante; otros que en Cataluña. Y no falta quien señale a Murcia.
Ahora, cuando se cumplen casi 110 años de la tradición, podría resolverse el misterio. Y sería nuestra Región la agraciada cuna de la tradición. O, al menos, eso demuestran los periódicos de la época. La edición del diario El Tiempo del 28 de diciembre de 1909 recoge textualmente la costumbre del día primero del año, cuando «la gente joven come uvas, echa los años, tiran los zapatos y ejecutan toda la interminable serie de pruebas cabalísticas para saber si serán felices en el año o se casarán durante sus doce meses».
Según este relato periodístico, en Murcia ya existía la costumbre de las uvas mucho antes de 1909, aunque no se conserva otro documento que arroje luz sobre el misterio.
La fiesta del Casino
El Casino de Murcia organizaba la llamada Fiesta de las Uvas, que reunía a centenares de parroquianos dispuestos a despedir el año y tomar «los doce clásicos y salvadores granos de uva». Memorable se recordó durante años la Nochevieja de 1917, en cuya fiesta se interpretaron jotas y romances de ciego y hasta se sirvió «un lunch en el salón de armas, por donde pasaron primero las damas y luego los caballeros». Unos acudieron ataviados de huertanos, otras lucían trajes de gallegas y hasta actuó una comparsa de murcianos vestidos de andaluces.
A lo largo del siglo pasado, la celebración de la fiesta irá ganando adeptos y espectáculos. Y pronto se rebelará como una fuente de ingresos para algunos. Cincuenta años después del inicio de esta costumbre, La Verdad publicaría un artículo donde aclaraba que, llegada la Navidad, «como siempre, la castiza sidra empieza a presumir -por su precio- de legítimo champagne, en tanto que las uvas de Almería ya se cotizan como si hubiesen sido cosechadas en los mismísimos viñedos del paraíso». Es por ello que la autoridad regulará la venta de los racimos para que todos los murcianos puedan despedir el año sin que se resientan sus bolsillos.
Si durante la primera mitad del siglo XIX fue la uva de Almería la más cotizada, Murcia lograría hacerse un hueco en un mercado que producía cada Navidad miles de millones. En 1964, alrededor de una decena de países europeos consumían en Nochevieja la uva murciana y, según la Cámara de Comercio de Murcia, el negocio para los productores rondaba los dos millones de dólares. Las exportaciones de esta uva, que el rotativo ya califica «mucho mejor que la de Almería», era de 16 millones de kilos.
Desde los selectos salones del Casino de Murcia al último hogar de los pueblos, las familias observarán la costumbre de tomar las uvas. Incluso en otros lugares como el Teatro Romea, donde se programaban funciones especiales de fin de año. Por ejemplo, el 31 de diciembre de 1959, el teatro celebró una representación con el actor Paco Martínez Soria, donde también se repartieron entre el público las uvas de rigor.
Poco después, en 1962, se celebró la primera retransmisión de las doce campanadas desde la Puerta del Sol. Hasta entonces, los murcianos las seguían por la radio. Aunque hoy es una tradición universal, cuando apenas está a punto de cumplir el siglo de existencia, quizá pisemos la tierra donde se cultivaron las primeras uvas que llenaron de alegría una Nochevieja.
Fuente: https://blogs.laverdad.es/