Hay un mural repleto de recuerdos, dos ramos de flores en nombre de La Corredoria y los alumnos, una placa conmemorativa y flashes de cámaras esperando. Maite entra en la sala, sin saber por qué sus compañeros le han hecho abandonar el aula donde impartía clase, y de improvisto la envuelve una oleada de aplausos. “No esperaba nada”, alcanza a decir entre alguna que otra lagrimilla: “cómo me habéis engañado”. Primero se funde en un abrazo con Ruiz Tilve, cronista oficial de Oviedo, quien le susurra “no podía faltar hoy” y declara que conoce a la gerente desde que comenzó su labor y admira el camino por el que ha guiado al centro: “Tiene mucho carácter, algo le ha servido para llegar hasta aquí, siempre con la mirada puesta en los niños”.
Hoy, todo son halagos y gestos de cariño. “Su recuerdo forma parte de los cimientos y la esencia del colegio. Carmen Ruiz-Tilve y Maite Fernández son conceptos imposibles de entender el uno sin el otro”, dice Pili Suarez del AMPA. Tras 23 años como maestra, la galardonada se atrevió a ponerse al mando del “recién estrenado” centro que llenó con proyectos hasta el último momento, y aún le quedan 9 días… “Ha sido muy trabajoso. Nos mudamos aquí en San Valentín y fue amor a primera vista, no teníamos medios pero sí muchas ganas de hacer cosas”, explica Fernández. Aunque los niños crecieron con más rapidez que los propósitos y se vieron 400 en un espacio para 200. Sin tirar la toalla, la cosa fue saliendo adelante: trabajo por proyectos, menos libros y más experiencias para los más pequeños, premios de la paz, ayuda a la economía del distrito, y mucha capacidad de atención, tal como ella resume: “en la placa de dirección también debería poner consultorio”.
Este legado no termina ahí, aunque deja el listón muy alto, según reconoce la futura mujer al cargo Adriana González: “La idea es continuar con las piezas de este puzzle que se ha ido construyendo”. Para ello cuenta con el equipo al completo, que no han faltado a la cita: conserje, personal de limpieza, maestros, estudiantes, padres y madres. Cada uno tiene un papel fundamental, según asegura. Tampoco se olvida a las personas que aparecen en las fotos del gran cartel y aunque ya no están, se mantienen presentes en los frutos del árbol que ha crecido esta trayectoria. “Se lo agradeceremos infinitamente”, afirma la aún directora.
Desde el CP Ruiz-Tilve, primer eslabón de esta cadena educativa, hasta el día de hoy el centro mantiene una dirección de figuras femeninas que luchan por no quedarse a medio camino: quedan muchas propuestas por realizar.
FUENTE: https://www.lne.es/oviedo/2021/12/23/legado-grandes-mujeres-docentes-60951485.html