POR ALBERTO GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE BADAJOZ.
Llega 2022. Año nuevo, vida nueva, dice el refrán expresando el propósito de desechar lo inútil del que finaliza. Buena ocasión para considerar cosas inútiles que resaltan en Badajoz completando un repertorio en el que abundan las normas que regulan algo y que, demostrando su inutilidad, no se aplican nunca.
Inútiles los alcorques de los árboles que no impiden el levantamiento del acerado porque se plantan especies inapropiadas o se siembran mal. Inútiles los pavimentos rotos por usar material inadecuado o deficiente ejecución. Inútiles las obras indebidamente recibidas y quienes las recepcionan. Inútiles las ordenanzas que regulan el plazo de ejecución y coste de los proyectos; la polvareda y ruido que ocasiona el corte de baldosas con radiales en plena calle, y los escombros en contenedores sin cubrir. Inútil pedir que se agilicen las obras en curso en la plaza de Conquistadores, Alféreces, San Atón y demás que tienen a medio Badajoz levantado. Inútil esperar que cuando se abre un agujero en la acera o se coloca una valla, no se eternice
Inútil la regulación que prohíbe el ruido de las motos a escape libre y las bicicletas por las aceras atropellando peatones.
Inútil la publicidad de los bancos proclamando con refinado sarcasmo que su único interés es la comodidad y beneficio del cliente al que cada vez tratan peor, en menos locales y horarios más reducidos, por un personal casi inexistente.
Inútiles las obras realizadas en el fuerte de San Cristóbal, albergue del Revellín, hornabeque de la Cabeza del Puente y museíllo en Puerta de Palmas. Inútiles las luces empotradas en el pavimento de plazas y calles a fin de inflar el presupuesto, pues su utilidad es nula. Inútiles las inscripciones en pasos de peatones y los carteles colocados en los semáforos, que lo único que logran es distraer al peatón. O los dispensadores de bolsas para recoger las deposiciones de los perros.
Inútiles los diez postes (de quita y pon dijeron) erigidos hace veinticinco años en la plaza de San Juan para soportar unos toldos que nunca se instalaron, que ahí siguen como mástiles desarbolados de un barco que navega por la dejadez en recuerdo de quien los ordenó erigir. Y el artefacto ante el palacio de congresos para proyectar una rosa mistérica que jamás ha proyectado.
Inútiles el técnico y organismo que hicieron en la avenida de Elvas una rotonda mal colocada, cuyo traslado sesenta metros costará un millón de euros sin que nadie responda del error.
Inútil la Consejería de Educación incapaz de articular un sistema que evite que los niños de primaria carguen con pesadas mochilas que le destrozan la espalda.
E inútil la corbata que el señor Fernández Vara ha suprimido en actos en que la dignidad de su cargo y la sociedad a la que representa como presidente de Extremadura hace obligada.
¿Año nuevo, vida nueva?
FUENTE: https://www.hoy.es/opinion/inutiles-20211226003352-ntvo.html