EN LA MISA, ESTUVO MARÍA JOSEFA SANZ, CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA, Y UNA DE LAS PERSONAS QUE LUCHÓ PORQUE EL LIGNUM CRUCIS ESTUVIERA EXPUESTO
«El mayor tesoro de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y la Santa Vera Cruz es ahora también de Avilés», sentenció Iván Álvarez, maestro de ceremonias de la cofradía, para cerrar ayer la misa en la que el Lignum Crucis ha quedado expuesto de forma permanente en la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery. La cofradía llevaba tiempo trabajando para que la reliquia, un fragmento de madera que se considera parte de la Cruz de Cristo, estuviera a la vista de todos, y ayer se colocó en la capilla de Nuestra Señora de la Soledad. «No podría haber sido otro lugar, junto a la Virgen, para recordar las palabras de Jesús en la Cruz: ‘Ahí tenéis a vuestra Madre'», explicó el vicario de Avilés, Jesús Emilio Menéndez, que ofició la misa, seguida por decenas de fieles.
La cofradía, que custodia el Lignum Crucis, eligió la fecha de ayer no por casualidad, sino porque se celebraba la misa de «exaltación de la Cruz», y Riaño dedicó su sermón a ese menester: «Cristo cargo en la Cruz con nuestras culpas y penas, con lo que acaba con la alegría y la esperanza. Defendió el derecho a la vida, el amor y la libertad. Dar su vida fue el antídoto al poder destructivo de la Cruz, la convirtió en símbolo de la justicia». En el altar le acompañaron el arcipreste de Avilés, Vicente Pañeda; el recién nombrado párroco de la iglesia Reinerio Rodríguez; el hasta ahora párroco, José Antonio González Montoto, y el misionero Fermín Riaño.
Tras la eucaristía, Menéndez portó la reliquia, que durante el oficio había presidido el altar, en procesión por los pasillos de la iglesia hasta la capilla, donde quedó custodiada en una vitrina. Hasta ahora, el Lignum Crucis sólo se exhibía en la procesión del Viernes Santo y los días como ayer, 14 de septiembre, coincidiendo con el día de la Exaltación de la Cruz. La astilla de madera se mostrará en una hornacina de madera de castaño, obra del ebanista, Paco Cueva. «Hay que agradecer a la cofradía tantas horas, tanto trabajo, tanto esfuerzo y, a veces también, tanto sufrimiento, para conseguir todo lo que habéis conseguido», afirmó vicario. En la misa, estuvo María Josefa Sanz, cronista oficial de la villa, y una de las personas que luchó porque el Lignum Crucis estuviera expuesto según explicó el Menéndez.
También estuvieron presentes Belén Fernández, hermana mayor de la cofradía avilesina, miembros de la cofradía, representantes de la Guardia Civil, la Policía Nacional, la Local y el Ejército, miembros de la Archicofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores (hermanada con la avilesina) y el coro de Sabugo, que acompañó la misa con sus cánticos.
Además, la cofradía avilesina aprovechó para entregar a Fermín Riaño, misionero, el donativo anual que realiza y que irá destinado a la obra que realiza el en Tailandia, de manos de la hermana mayor de Nuestras Señora de la Soledad y también se le entregó un detalle a Joaquín Iglesias, hermano mayor de la cofradía ovetense, que cesa en su cargo.
Fuente: http://www.lne.es/ – Marta Bernardo