POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
En Murcia solo hay un Lunes con mayúsculas. Y no es necesario decir cuál. Todos saben que es el Lunes del Perdón, el del Cristo más castizo que se convierte, más que en el Señor, en un vecino querido de San Antolín. Y ahora, después de tantos años contando tanta emoción, cultura y fervor en tan grande barrio en las páginas del La Verdad de Murcia, me llega este reconocimiento.
Yo, sinceramente, estaba más que pagado por cuánto disfruto con vosotros queridos amigos y hermanos de la Cofradía del Perdón – Murcia Sabéis que es verdad.
¿Cómo llamarse murciano sin haber vibrado con el caos ordenado del besapié, con el alboroque que cada año le echamos al Padre en el Luis de la Rosario, con el descenso de los pasos por esa histórica cuesta magenta de la parroquia?
Me atraviesa al alma esta distinción porque ante aquella puerta he visto crecer a mis hijas. Una de ellas aguantó el aguacero, en aquel año aciago de la improvisada lluvia, con una bolsa de plástico en la cabeza que corriendo le coloqué mientras nos resguardábamos en el templo. Y ella solo me preguntaba la razón de que no saliera la procesión.
Os agradezco de corazón este honor. A Diego Aviles Fernandez, a toda su junta y a la cofradía. Mi enhorabuena a otro distinguido que con justicia merece serlo, mi querido amigo Diego Avilés Correas, quien desde que nació ha dedicado sus esfuerzos a incrementar la devoción por tan señera institución. Y también al resto de premiados, entre ellos a mi compadre Gines Heredia, quien tanto apoya nuestra cultura.
¡Viva el Perdón! ¡Viva San Antolín! ¡Y viva Murcia