POR FRANCISCO JAVIER ARELLANO LÓPEZ, CRONISTA DE LUÍS MOYA, ZACATECAS (MÉXICO).
Aquí mi participación escrita.
Es difícil asegurar la presencia de los aztecas en estas tierras llamadas chichimecas, aunque en ellas se haya construido el centro ceremonial de La Quemada en la región de Villanueva, Zac. Philip Powel llama naciones a 4 tribus chichimecas: Los guachichiles, los zacatecos, los pames y los guamares. Estas naciones eran de hombres nómadas aunque el maíz, la calabaza ya habían sedentarizado a unos grupos indígenas, los demás eran grandes guerreros que ofrecieron una gran resistencia a la conquista española.
Los productos alimenticios de las naciones chichimecas eran tunas, mezquites, (hacían tortillas de mezquite) flores de algunos cactus, (construían hornos para cocerlos) miel de abeja, dátiles, papas, yucas, jugo de agave y algunos animales de caza y pesca.
El maguey no existía en abundancia en estas tierras pero las plantas que había se explotaban, ya fuera como alimento o como textil y artesanal. El maguey como alimento producía agua miel, el pulque -una deliciosa bebida prehispánica- que junto con el mezcal formaron una trilogía natural de esta planta tan especial. Tanto el agua miel, el pulque y el mezcal eran considerados como bebidas de los dioses y sobre su origen se han tejido muchas leyendas de los pueblos primitivos de México. La mitología ha servido para explicar desde lo no natural hasta una cuestión religiosa. Los mitos hablan del origen de los dioses, sus transformaciones, sus debilidades humanas y su relación íntima con el hombre.
Cuéntase que los dioses observaron al hombre muy aburrido con su vida laboral y decidieron alegrarlo un poco para que le tomara sabor a la vida. Algunos mitos cuentan que fue Quetzalcóatl quien vio esta rutina laboral del hombre. Otros dicen que los dioses mandaron a Quetzalcóatl transformado en Ehécatl, el dios del viento, y raptó a una diosa tzitzimime Mayahuel que vivía con su abuela. También se cuenta que la diosa se quiso escapar con él. Desde siempre ha existido esa dualidad convencional en el rapto, el gañán ladrón y la hembra sumisa o la mujer dueña de su destino. Como fuere la situación, el dios Ehécatl se transformó en un árbol de dos ramas para confundirse con la Naturaleza y vivir con su amada, eternamente.
Cuando la abuela Cicimetl, así se llamaba, descubrió el robo de su nieta, se disgustó mucho, le temblaron los labios de una rabia inaudita, y se dirigió con las otras deidades tzitzimimes para contarles lo sucedido. Después de hablar con ellas, las convenció de ir por su nieta y rescatarla, a como diera lugar; en caso de que no fuera posible el rescate, tomar una cruel decisión.
Las tzitzimimes eran unas diosas temibles que luchaban contra el sol para que no saliera o para que pronto se ocultara. Les gustaba la oscuridad para hacer maldades como en el tiempo de los eclipses o cuando no había luz. No obstante, Coatlicue, la madre de todos los dioses, las quería y las juntaba como asesoras porque ayudaban a cuidar los niños, a curar algunas enfermedades o a transmitirlas a otros. Después de la conquista española, se diría que las tzitzimimes eran demonios o brujas.
La abuela las llevó a buscar a su nieta por cielo y tierra y la encontraron. Cuando encontraron el árbol de dos ramas, lo derrumbaron y cortaron la rama que era Mayahuel, la diosa tzitzimime y la otra rama la dejaron intacta. La abuela hizo pedazos la rama y ya destrozada, la entregó a todas las tzitzimimes para que la devoraran. Después del festín, solo quedaron los huesos.
La otra rama del árbol que era Ehécatl, dios del viento, recuperó su forma, recogió los huesos de su amada y los plantó en la tierra donde brotó un maguey. Así nació la diosa Mayahuel para los terrenales, la diosa del maguey que produjo el agua miel, el pulque y el mezcal con que alegró a todos los hombres.
Mayahuel, la diosa del pulque, tiene su vestido blanco como la misma bebida. Ella dio sabor a la existencia del hombre americano. Los criollos mexicanos lo utilizaron en grandes banquetes. Se hablaba de un curado de tuna cardona que era riquísimo.
El pulque de ser una bebida sólo para los dioses, durante la Colonia Española, pasó a ser una bebida común. El mezcal sigue considerándose una bebida de los dioses. En Oaxaca lo acostumbran beber acompañado de una rodaja de naranja.
En el siglo XVII, los españoles arrebataron la producción de maguey a los indígenas y se la apropiaron.
Carl Linnaeus, en 1753, el padre de la taxonomía biológica, puso en claro que las sábilas y los magueyes son diferentes. A las primeras las nombró Aloe y a los otros Agave.
En la actualidad, hay varios tipos de agave: el tequilana, el azul, el blanco, el arroqueño, el tepeztate, el coyote, el cenizo, el espadín, el tobalá hasta llegar a 285 especies que hay en México
En Zacatecas, los lugares donde hay magueyales son Valparaiso, Morelos, Jalpa, Pánuco y Pinos. En los demás municipios del Estado, algunos campesinos lo utilizan en sus líneas limítrofes de sus propiedades y otros lo conservan en su forma silvestre. En algunos lugares es una planta de ornato. Aparte de Zacatecas, los estados de Durango, San Luis Potosí y Aguascalientes su explotación sigue siendo tradicional aunque ya empieza a comercializarse.
Los estados de Tlaxacala, Hidalgo, Edo. De México, Puebla, Oaxaca, Michoacán son los principales productores de pulque (De Avila, Alejandra, 16 de agosto del 2022, Sol de Zacatecas). En los estados de Jalisco, Hidalgo, Oaxaca y Aguascalientes, esta planta se ha industrializado y existen miles de hectáreas que en 8 años o más serán explotadas para producir mezcal o tequila.
En Luis Moya, Zac. y en Rincón de Romos, Ags. desde donde hay noticia, se recuerdan a los vendedores de aguamiel, de pulque, de rodajas de quiote y de penas de mezcal. Puede ser que en todos estos pueblos de esta región hayan existido estos vendedores. Los más tradicionales se miran en la ciudad de Zacatecas con su burro cargando en un huacal sus dos o cuatro cántaros de aguamiel que lo venden fresco, del mismo día, y que tiene un sabor dulce. Se habla de muchas propiedades alimenticias y medicinales que tiene este elixir y que después de la Conquista avasalló a los más exigentes paladares españoles.
En la actualidad, las pencas de maguey sirven para dar un aderezo especial al cocimiento de la carne que se convertirá en un rico platillo de birria.
Así es como en esta nación chichimeca, el maguey es parte de la cosmogonía natural y cultural que ha trascendido más allá de su fronteras sociales y religiosas.
FUENTE: https://www.facebook.com/photo/?fbid=10210982869443249&set=pcb.10210982884443624
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