POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Mientras escucho protestar a Torra contra la sentencia a los presos golpistas, repaso el Marialuisa, es decir, el “Arte de cocinar”, de María Luisa García, que en paz descanse, y cocino hígado a la catalana; en una cazuela hiervo algo de aceite, rehogo en él patatas peladas, pequeñas y nuevas, agrego pimentón y sal, enseguida caldo y las dejo cocer tapadas; en un mortero machaco ajos con perejil y vino blanco, lo vierto en las patatas y, cocidas éstas, añado una cucharada de harina e hígado en tiras, que antes freí con sal a fuego vivo. Torra sigue quejándose por el ataque de nuestros jueces a la democracia, cuando en otros tiempos a los sediciosos les arrancaban las vísceras para comerlas con patatas. Hoy, los españoles somos esclavos de la ley porque queremos ser libres, pero si Torra se la salta dará pie a que nosotros la saltemos también, lo pisoteemos y nos lo comamos con patatas, pequeñas y nuevas, de la sierra de Prades.
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