EL MÉTODO ANTONIO PALAU SI HIZO EFECTO
Sep 08 2015

POR JOSÉ DIONISIO COLINAS LOBATO, CRONISTA OFICIAL DE LA BAÑEZA (LEÓN)

Don Antonio Palau.
Don Antonio Palau.
Portada nº 7 de la Revista Charín
Portada nº 7 de la Revista Charín.

Hacía ya mucho tiempo que no recordaba mi etapa como decente –maestro- más bien diría yo, porque a mí siempre me ha gustado más esta palabra que no la de profesor como se dice hoy en día; y además porque marca a una persona instruida, cultural y pedagógicamente preparada como persona moral y material.

El maestro/a, son ante todo personas profesionales con una formación concreta, no muy específica, pero si abreviada y abundante para que comparta con sus alumnos, en la escuela, institución donde se van a forjar esas básicas materias, la formación y educación del alumno. No obstante, para otros, siguen existiendo esos claro-oscuros en la constitución de los sistemas educativos.

Pero dejemos por un momento estos razonamientos didácticos y centrémonos en un personaje fundamental que ha sido y es un revolucionario en el método de la lectura y de la escritura y me estoy refiriendo a nuestro insigne pedagogo don Antonio Palau Fernández. Pero déjeme que les narre mi experiencia primera en un aprendizaje de lectura.

Corría el año 1972, recién salido de la Escuela Normal de León, en septiembre de aquel año me destinan a una escuela bastante deprimida de la zona de la Cabrera; y todos aquellos primeros problemas con los cuales yo podía encontrarme, esperaba que fuese el de enseñar a leer aun niño; me parecía una asignatura pendiente y muy difícil de hacerse realidad.

Cierto día, se me presenta una anciana acompañada con un niño, diciéndome que los padres de aquella criatura, se encontraban en Alemania, país al cual se habían ido como emigrantes y, como ella estaba muy ocupada con las faenas agrícolas y ganaderas, no podía atenderlo parte del día, teniendo que estar solo en casa, por lo que me solicitaba si podía traérmelo a clase.

Después de escucharla y meditar el caso y ponerle los inconvenientes que me podía acarrear, decidí aceptarlo. Tal vez motivado por esa necesidad de ver si era capaz, por primera vez en mi vida como maestro, el de “enseñar a leer”.

Haciendo un repaso por mi mente de aquellos métodos existentes, me decidí por el de don Antonio Palau, aquel compatriota bañezano que había ideado un método foto-silábico, aquel que en España había sido uno de los más usados, y por el que muchos aprendimos a leer y escribir, empleando las viejas “Cartillas de Palau”.

En unas polvorientas estanterías que en un armario había retirado en otra habitación, encontré una caja, bastante ajada por el uso y los años; en su tapa aparecía un texto: “METODO FOTOSIÁBIO PALAU, FACIL APRENDIZAJE A LA LECTURA”, abrí la caja y dentro pude ver que su contenido no era ni más ni menos que unos rústicos cartones, sobre los que se encontraba impreso unos dibujos y bajo ellos, aparecía escrita la primera sílaba. Araña, a. Elefante, e. Iglesia, i Ojo, O. Uvas, u. En el fondo de la casa, se encantaban unos cuadernillos que vete tu a saber por las manos de cuantos niños/as habrían pasado por el mal estado en que se encontraban.

Cuando Luisito llegó a clase, iba a ser mi ratón experimental educativo. Con él iba a poner en práctica aquel método que un compatriota bañezano, había inventado y practicado con sus alumnos cuando era Maestro en los años 40.

Efectivamente, este sistema empleado e ideado por don Antonio Palau Fernández, estaba dando sus frutos en el niño, se estaban viendo que aquellas unidades simples de las sílabas, finalizaban en ese proceso de unión que formaban las palabras. A medio curso, cual no sería mi alegría viendo que se estaba cumpliendo mi objetivo. El niño leía sin imágenes, había comprendido aquellos sencillos dibujos, algunos casi descoloridos por el uso y del tiempo, se habían ido gravando en su cerebro, sabiéndome decir lo que representaban.

Pues este Maestro, don Antonio Palau Fernández, escritor, pedagogo, pintor y escultor; inventor de un método de aprendizaje a la lectura y escritura, nació en nuestra ciudad de La Bañeza un 30 de abril del año 1914. Este niño que bebiera sus primeros años en las aulas de la calle Astorga en el Colegio del Carmen, bajo la pedagogía de aquel otro avezado Maestro, como lo fue don Servando Juárez Prieto, natural de Audanzas del Valle, de quien recibirá aquellos consejos y métodos que don Servando adquiriere en la Normal de León en sus años de estudiante de 1901.

El Método de Palau comenzará a sonar en todo el territorio nacional en la década de los años 1953-1954; años en que el Ministerio de Educación hace una apuesta por la lucha contra el analfabetismo. Será en estos años cuando don Antonio Palau hace presente su ingenio con el “método foto silábico”, cuyas técnicas de aprendizaje para la lectura y la escritura son las más empleadas en España. Día tras día Palau va exponiendo a través de todo el territorio sus experimentos lectivos por las aulas de muchas escuelas nacionales y aleccionando a los maestros en su uso y práctica. Fue tan grande su repercusión que muchos ministerios educacionales de Europa pusieron su interés por conocerlo. El Ministerio de Educación y Ciencia, en el Boletín Oficial del Estado sacará una disposición por la que se autoriza el empleo del Método Palau en aquellos centros de enseñanza General Básica como libro didáctico en sus típicas Cartillas.

Pero Antonio Palau, no solamente es un creador de un método de lectura, sino que su vida alcanza un amplio abanico de inquietudes personales de las que podemos destacar varias: la música, la pintura y la escultura. La primera no sabremos nunca hasta que punto hubiesen llegado sus actitudes musicales, pero si se sabe que el niño las tubo, lo que hizo que su padre don Gaspar Palau solicitara al alcalde de La Bañeza, don Cesar Moro Blanco, la entrada de su hijo en la célebre y distinguida Banda de Música que tan diplomáticamente dirigía su director don Potenciano Pardo.

Pero de las otras dos artes, si nos dejo el maestro grande obra. De la pintura podemos decir que dejo grandes discípulos del pincel, por citar alguno voy a nombrar a otra bañezana, Teresa Reñones, de cuya maestra han salido esas técnicas que Palau empleó, hacia otros nuevos alumnos más actuales. Sus conocimientos pictóricos el maestro los recogerá en su obra “Espíritu y técnica del color y la forma”.

Las muchas inquietudes personales de Antonio Palau Fernández, le llevan a ser reconocido fuera y dentro de nuestro país; su reconocimiento empieza a fluir con una serie de galardones que han llegado hasta la Cruz de Alfonso X ,“el sabio” impuesta en Madrid por el ministro de Educación en aquel entonces, don Gustavo Suárez Pertierra, en nombre de Su Majestad, el Rey don Juan Carlos I.; o aquellas participaciones casi anónimas que hará con sus obras en la villa y corte de Madrid, dentro de aquellos Salones Otoñales, que la Caja de Ahorros de Madrid patrocinaba, allí en el IV Certamen Nacional de Escultura, alcanzará Palau, el primer premio en metálico de 80.000 pesetas y medalla por su obra “el Paso”.

Pero los bañezanos, conocemos y tenemos presente un recuerdo para él cuando llega la Semana Santa y por nuestras húmedas calles desfila en procesión su obra, aquella que prometió hacer como exvoto, una imagen de un Nazareno prendido, si volvía vivo de la guerra; cosa que así fue por lo que no tuvo más remedio que realizar dicha promesa para su ciudad natal de La Bañeza.

Un Ecce Homo de rostro cetrino, pelo lacio en parte derecha porque le faltaba madera para que su afilada gubia pudiese sacar los ensortijados cabellos que ya había tallado en la parte izquierda de la cabeza. Rostro moreno con rasgos doloridos, cejas en posición alta, esperando esa sentencia de muerte con expresión de mandato y redención impuesta por el Padre. La talla fue donada a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno en el año 1941 de la que forma parte de su patrimonio escultórico religioso.

Pero también tenemos a un Antonio Palau, de moderna escultura, donde la dureza de sus figuras contrasta con esa suavidad que presentan las formas de sus obras, dándoles formas voluptuosas de grosor; son tal vez esculturas para exponer en amplios espacios, al aire libre en jardines y plaza, como lo está haciendo la que el maestro regaló a nuestra ciudad y hoy la podemos contemplar en la plaza de Emilio Alonso, o aquellas otras de menor tamaño que se encuentran en la subida de nuestro Ayuntamiento.

En el año 1993, la Asociación Amigos de la Historia Bañezana hicieron de él y de su obra todo un estudio. Fue pregonero de nuestras fiestas Patronales de la Asunción del año 1996. En el año 2015 la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, le rindió un gran acto con una exposición titulada “Palau: Miradas”, en donde se contó con fotografías y documentación propia del polifacético bañezano don Antonio Palau.

Don Antonio Palau Fernández estuvo casado con doña Dolores Osoro Pantiga, viviendo algunos años en Rió Caliente, cerca de Llanes, a unos 30 kilómetros de Oviedo, en una casa que compra a los familiares del indiano asturiano, residente en Mexico, José Antonio Bulnes González, la llamada el “Entregal”, que parece significar “entre aguas”. Fue grande su pasión y amor por la provincia hermana de Asturias de la que publico un gran trabajo titulado: “Guía Monumental y del Turismo de Asturias”. Tuvieron cuatro hijas y un hijo que falleció, Antonio; el resto de su familia lo forman Victoria, Cristina, Montserrat, y Mónica Palau Osoro.

Falleció este humanitario artista bañezano en la ciudad de Oviedo el día 23 de junio del año 2001. Ocho años más tarde lo hará en Madrid su esposa Lola, un 27 de diciembre de 2009.

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