POR ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DE MALANQUILLA (ZARAGOZA).
Se cumplen 43 años de la colocación de la primera piedra de las obras de reconstrucción del Molino de Viento de Malanquilla. Aquélla ilusión de 4 es hoy una ilusión colectiva compartida y asumida por todos. No hay cartel anunciador de algo en Malanquilla que no tenga la silueta del molino.
En 1981 no podíamos imaginar que, pasado el tiempo, el escepticismo se tornara en aprecio y nuestro molino se convirtiera en símbolo oficial y popular de Malanquilla.
Perseverancia es la palabra clave en todo este proceso. Aquel grupo de 4 podíamos haber desistido en nuestro empeño pero no lo hicimos, estábamos convencidos de que el futuro de Malanquilla pasaba por la rehabilitación de su molino cervantino.
Empezamos a organizarnos, acudimos a congresos y jornadas donde dábamos a conocer este exponente, entonces único, objeto de nuestro sueños, emprendimos una feroz campaña en prensa y emisoras de radio, estudiamos los molinos de viento desde diversas perspectivas, completamos el mapa molinero de Aragón y vimos que no era el único, pero sí el más antiguo y el más grande de cuantos se conservan en el resto de España. Investigación y divulgación fueron de la mano en esta etapa tan importante para fijar ideas y conceptos y ganar adeptos.
Hoy el emblema de Malanquilla es una realidad. 43 años han hecho falta para lograrlo, pero ninguna empresa que merezca la pena se consigue en dos días, así es que bienvenido sea tanto esfuerzo y paciencia para poder decir hoy, misión cumplida.
FUENTE: CRONISTA A.S.M.