EL NACIMIENTO DE LA ACTUAL VILLA DE BEDMAR Y LA CONFIRMACIÓN DE SUS DERECHOS, PRIVILEGIOS Y MERCEDES A LO LARGO DEL S. XV
Nov 17 2020

POR JOSÉ MANUEL TROYANO VIEDMA, CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE BEDMAR (JAÉN).

Villa de Bedmar

Ataque de a Baeza de Muhammad VII, su fracaso y sus consecuencias.

Don Alonso López de Haro, hijo de D. Juan Ruiz de Baeza y de Dª. Teresa de Haro, casado con Dª. Leonor de Quesada y Señores de La Guardia destacó especialmente en la defensa de Baeza en agosto de 1407, en que Muhammad VII cercó la ciudad durante tres días y devastó el arrabal. Previamente a este hecho se había enviado una Carta a Fernando de Antequera avisándole del proyecto de los nazaríes de atacar algunas villas de Jaén, aunque no se consiguió auxilio alguno. Posteriormente al ataque a Baeza, el rey de Granada asaltó y destruyó por completo la villa y fortaleza de Bedmar, como veremos a continuacion, matando a su Comendador y llevándose prisioneros a Granada a su mujer e hijas, además del resto de los supervivientes del asalto. Tras el repliegue de las tropas granadinas, fue D. Pedro Díaz de Quesada, Señor de Garcoez, el encargado por el Concejo de Baeza para que ocupase y defendiese el lugar de otro posible ataque.

Esta hazaña no sólo fue recogida en la Crónica de Juan II, sino que también fue objeto de inspiración literaria popular escenificándose en el Romancero: “Moricos, los mis moricos,/ los que ganáis mi soldada/ derribédesme a Baeza,/ esa ciudad torreada,/ y los viejos y las viejas/ los meted todos a espada,/ y los mozos y las mozas/ los traed en la cabalgada/, y la hija de Pero Díaz/ para ser mi enamorada,/ y a su hermana Leonor/ de quien sea acompañada” o en esta otra versión del romance: “Moricos, los mi moricos / los que ganáis mi soldada,/ derribédesme a Baeza, / esa villa torreada, / y a los viejos y a los niños / los traed en cabalgada, / y los mozos y las mozas / los meted todos a espada, / y a ese viejo Pero Díaz, / prendédmelo por la barba / y aquesa linda Leonor, / será la mi enamorada…

La toma y destrucción de la Villa Vieja de Bedmar y de sus defensas.-En la primavera de 1406 D. Sancho Ximénez de Villorra hubo de hacer frente a la entrada de Muhammad VII camino de Baeza, a la que cercó el 17/VIII/1407 y al no poder tomarla volvió sobre Bedmar y sus fortalezas a las que arrasó y se llevó prisioneros a Granada a todos los supervivientes: sesenta mujeres, entre las que se encontraban sus dos hijas. Tras la muerte del citado Comendador, D. Ruy López Dávalos ejerció una gran influencia sobre esta Encomienda. “En 1407, el rey de Granada tomó el castillo de Bezmar que era de esta Orden, tres leguas de Baeza, y lo tenía Sancho Ximénez, -Comendador- Caballero de ella, el cual murió defendiéndola, y otros Caballeros con él. Pero no lo sustentó el rey de Granada, antes le hizo quemar y aportillar y luego el Maestre y sus Caballeros se hallaron en servicio del Rey, con el Infante D. Fernando, su tío en la conquista de Setenil y de otras villas y castillos de moros…

.Tras la caída de Bedmar en 1407,el Concejo de Baeza envió a D. Pedro Díaz de Quesada, tercer Señor de Garciez y de Santo Tomé, a Bedmar con el fin de que pusiese a buen recaudo “la peña”, con la idea de apoderarse de la misma: “Luego que el Concejo de Baeza tuvo noticia de la pérdida de este castillo envió a Pero Díaz de Quesada, tercer señor de Garciez y Santo Tomé para que pusiese recaudo en la Peña”, pero enterado el Maestre de la Orden de Santiago, D. Lorenzo Suárez, tomó la decisión de enviar a “D. Lorenzo Suárez de Figueroa, su sobrino y Comendador Mayor de León para que larecuperase para la Orden, haciéndola reparar y abasteció el lugar y labró el castillo muy bien y puso en él alcaide y presidio y el bastimento que era menester para su defensa”.Según otras “fuentes” de la época, después que el Rey de Granada asaltase y arrasase la Villa Vieja de Bedmar el día 20/VIII/1407, habría de pasar más de un año, para que estas tierras y fortalezas –la villa vieja –(Castillo Viejo)- y la Peña Marta –(Castillo Nuevo)-, conceptos éstos que no me gustan, pues sus nombres son: VILLA VIEJA DE BEDMAR –la Accabe romana y la al-Matmar árabe, ya que significado es el mismo: “Bajo el Silo o la Cueva de la Serrezuela”- y Castillo-Fortaleza del MIRADOR –(al-Mantzar)-, sobre la “Peña Marta”-, pasasen a manos castellanas: El 17/VIII/1407 entraron 3.000 caballos y 30.000 peones por la Frontera de Jaén, arrasaron los contornos de Baeza, pero no pudieron entrar gracias a Pero Díaz de Quesada y a Garcí González Valdés. En venganza atacaron Bedmar, rindieron el Castillo y asesinaron a sus defensores. Fueron perdonadas 60 mujeres, entre ellas dos niñas, hijas del Comendador Sancho Jiménez. El pueblo reducido a pavesas fue luego restaurado por orden del Maestre de la Orden, bajo la dirección de un sobrino suyo”,

En 1411, ya bajo el Maestre de Santiago, D. Enrique de Aragón, se da cuenta en una “cartela”, colocada en la entrada principal de la Fortaleza –alcazarejo- de Bedmar, de lo que sigue: “En el nombre de Dios y de la Virgen Santa María, en el año del nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo de mil cuatrocientos y once años, el muy alto Príncipe Señor Don Fernando –(de Antequera)-, Infante de Castilla, mando hacer edificar nuevamente esta fortaleza y castillo y lugar, en nombre del Muy Magnífico Señor Don Enrique, Maestre de la Orden de Caballería de Santiago, la cual edificó y mandó hacer por su mandado Alonso Sánchez de Andújar, Escribano del Rey, que en más se erigió Escribano Mayor”.

Unos años después nos encontramos con la aportación que se dice que hizo el que fuera nombrado Comendador de la Orden de Santiago en la Encomienda de Bedmar, Albanchez y la mitad de Canena, D. Luis López de Mendoza, hijo de D. Ruy López de Mendoza y sobrino de D. Pedro González de Mendoza, Señor de Hita y Buitrago y de Dª. María Rodríguez de Torres, que casó con Dª. Isabel de Torres y fueron padres de D. Juan de Mendoza, continuador de este linaje en Jaén, fue Caballero 24 del Cabildo-Ayuntamiento de Jaén, Caballero de la Orden de Santiago y Comendador de Bedmar y de las Casas de Cuenca, Alcaide de los Castillos de Albanchez y de la Peña de Martos, “reedificó y fortificó la Villa de Bedmar que habían destruido y asolado los moros, labrando a sus expensas la fortaleza que defendió con sus parientes y criados”, según justifican las Cartas que en el mes de septiembre de 1423 escribieron a Su Santidad el Papa las ciudades de Jaén, Baeza y la Villa de Bedmar, en las cuales quedó patente el servicio hecho en la restauración de la fortaleza y repoblación de la nueva villa, sobre lo que el Señor Infante, D. Enrique de Aragón, le escribió diferentes Cartas de agradecimiento, por ser Maestre de la Orden de Santiago, como por ser miembro del Consejo Real de Castilla, bajo el reinado de su primo D. Juan II, “así como en los tratos que tuvo con el Infante de Granada, Zidi Hamete, para que en unión de muchos Alcaides de la Frontera de aquel reino se pasaran a este entregando sus fortalezas”.

Al mismo tiempo hemos de señalar que fue este Maestre quien en un Capítulo General de la Orden celebrado en Ocaña en 1428, quien tras presentar su Carta 16/X/1426 por la que había presentado pleito contra el Comendador de Bedmar, para que se comprobase la veracidad de los hechos que presentaron los vecinos de Bedmar y analizadas las posteriores evidencias de los hechos denunciados por parte de los Visitadores de la Orden tras sus visitas a la Encomienda de Bedmar, el Capítulo General, con presencia de los Trece de la Orden, el 17/X/1428, sentenció al Comendador de Bedmar, D. Luis López de Mendoza, a devolver todos los derechos enajenados a los vecinos de la villa de Bedmar, ante la queja presentada por el Concejo de la nueva villa de Bedmar, la cual estaba conformándose como tal, con una población aproximada de 50 vecinos, tras la destrucción de la Villa Vieja y sus defensas en 1407.

 Los litigios del Concejo de la villa de Bedmar con el Comendador D. Luis López de Mendoza y las intermediaciones del Capítulo General de la Orden de Santiago.-Tras el desastre de 1407, año en que Bedmar cayó en manos de los nazaríes granadinos, y como consecuencia de ello “sehabían llevado presos e cautivos a otras ciertas personas e que habían robado e quemado todos los Privilegios e Mercedes e Escrituras de Usos e Costumbres que esta dicha villa solía haber en los tiempos pasados e que ahora como nuevamente se torna a poblar la dicha villa e por no haber ni ante de presente los dicho Privilegios e Usos e Costumbres que eran entre ellos ciertos debates en cuanto atañían a los vecinos, tras su recuperacióncomenzaron los bedmarenses a reclamar la confirmación de tales Privilegios y la defensa de sus intereses comunales frente a la Encomienda de la Orden de Santiago, sobre todo desde que se hizo cargo de la misma el Comendador D. Luis López de Mendoza, aunque en la Carta que en septiembre de 1423 enviaron al Papa Martín V las autoridades concejiles de las ciudades de Úbeda y Jaén y de la villa de Bedmar, donde se elogiaba, entre otras cosas, la labor de este Comendador de Bedmar:

Puede aver quince años que nuestro Señor rey de Castilla en una guerra con el rey de Granada y toda su gente de los moros ynfieles en cumplimiento de nuestra santa fe la qual guerra facía por mandado de nuestro señor el rey… dicho rey de Granada poderosamente con mucha de su gente de cavallo y de pie vino y entró en la tierra y señorío de nuestro señor rey, cercó una vylla que dicen Bedmar que es de la horden de Santiago la qual es muy cerca y muy frontera de la tierra y señorío de dicho rey de Granada y abatiola tanto con su gente hasta que la entró por fuerza y derribó grand parte de las fortalezas y la destruyó y quemó y mató todos los vecinos que en ella estavan omes y mugeres y criaturas, los otros llevó cautivos de los quales algunos dellos estavan fasta oy en poder de los moros padeciendo por nuestra fe después que la dicha villa fue destruida e quemada y robada y la gente della todos muertos y cautivos dicho rey de Granada retirose para su tierra y quedó la dicha villa en ruina y despoblada y estando así despoblada de cavallero bueno natural deste obispado de Jahén que le dicen Luys López de Mendoza por servicio de Dios y de nuestro señor rey e por defendimiento de nuestra fe tomó con él la más gente que pudo, así de los suyos que con él vivían como otros sus parientes y amigos y fue y entró en la dicha villa y fizo en unas peñas … un edificio onde pudieren ser defendidos … y en ella estuvo  fasta que la dicha villa se començó a poblar, en lo qual el dicho caballero gastó mucho de lo suyo y sufrió asaz padecimientos. Y después que la dicha villa se començó a poblar, el ynfante D. Fernando, siendo rey de Aragón y administrador de la dicha horden de Santiago mandó facer y labrar una fortaleza nueva en la dicha villa, encima de una peña que dicen Peña Marta por defensión de la gente que en la qual dicha villa biviese. La qual fortaleza se labró grand parte della… y no llegó a terminarse por la muerte del dicho señor rey de Aragón cesó y se no arribó por lo qual dicha villa y los que en ella biven están a muy gran peligro por no aver onde se defender, por quanto la dicha villa está muy cerca y muy frontera de los dichos términos del rey de Granada”.

En Salazar y Castro. (M-127. Folios 228r-228v) y SÁENZ MES5ÍA, M., -Conde Humanes- señalaban sobre esa Cartay el Comendador de Bedmar lo que sigue: “reedificó y fortificó la Villa de Bedmar que habían destruido y asolado los moros labrando a sus propias expensas una fortaleza que defendió con sus parientes y criados, según lo testifican las Cartas que en el mes de Septiembre de 1423 escribieron al Sumo Pontífice las Ciudades de Jaén y Úbeda y la Villa de Bedmar por las cuales con palabras de gran estimación ponderan el gran servicio que hizo a ambas Majestades y el trabajo, costo y peligro a que se expuso en la restauración y población de la Villa sobre lo que el Señor D. Fernando, Infante de Castilla, siendo Rey de Aragón, le escribió diferentes Cartas de estimación y agradecimiento así por ser Maestre de la Orden de Santiago, de quien era esta Villa, como por tutor del Señor Rey D. Juan Segundo, su sobrino y otras muchas cartas del Rey de Aragón en las que se justifica el gran servicio que trató de poner, en ejecución de que el Infante de Granada Zidi Hamete y muchos de los Alcaides de las fronteras de aquel Reino se pasaran a este entregando las fortalezas, en cuyos tratados hubo, de su propia cuenta, increibles gastos y costas que repetidamente refieren las Cartas del Rey Don Fernando de Aragón que murió en este intermedio por cuya razón se quedaron imperfectos los ajustes que, aunque se pretendieron continuar, por los tres Gobernadores del Reino, no tuvieron logro, ni este Caballero –D. Luis López de Mendoza- la debida satisfacción, todo lo cual consta en cartas originales”.

Después de 1419, año en el que el Villazgo de Albanchez se desgajó de la jurisdicción de Bedmar, por orden del Maestre de la Orden de Santiago, el referido Infante de Aragón, podemos decir que junto a la autoridad del Maestre, delegada en el Comendador de esta Encomienda de Bedmar, existió, de forma paralela y de manera autónoma, un Concejo en cada una de las villas -Bedmar y Albanchez-, formado por dos Alcaldes Ordinarios, tres Regidores, un Alguacil, un Alcalde de Hermandad y un Escribano del Concejo.

Continuará…

 

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