Aquellos pioneros superaron al tradicional trío de vid, olivo y cereal sumándole distintas variedes hortofrutícolas
ARTÍCULO QUE CITA A DIMAS ORTEGA LÓPEZ, CRONISTA OFICIAL DE RICOTE (MURCIA).
Un grupo de bereberes inició en 713 la gran revolución agraria que tiempo después dio lugar al mayor espacio agrícola del espectacular valle, y que todavía es visible.
Hace ahora 1.309 años exactamente llegó al antiguamente conocido como territorio de Guid Rocot (Ricote) un pequeño grupo de bereberes, como consecuencia de la conquista musulmana de la Península Ibérica iniciada en 711, si bien aquellos nuevos inquilinos apenas profesaban el credo de Alá, que habían adquirido poco antes.
Lo que sí practicaban con devoción era la agricultura. El investigador Dimas Ortega López les atribuye el inicio de «la gran revolución agrícola en Guid Rocot», donde adaptaron las «nuevas técnicas de control del agua y de los productos importados de Ifriquiyya» (antiguo territorio del norte de África que equivale en buena parte a la actual Túnez y a una porción del noreste de Argelia y otra de Libia) y de oriente.
Aquellos pioneros superaron al tradicional trío de cultivos mediterráneos imperantes (vid, olivo y cereal) sumándole distintas variedades hortofrutícolas de las que obtuvieron unos excedentes que les permitió exportarlos y, de ese modo, obtener unos ingresos añadidos con los que estabilizar la economía y la organización administrativa del lugar. Ortega López, cronista oficial de la villa de Ricote, recoge aquel momento clave en la obra colectiva en la obra colectiva de 2020 ‘La agricultura a lo largo de la historia en la Región de Murcia’, coordinada por el historiador Ricardo Montes Bernárdez.
Muchas décadas después, ya entrados el siglo X, la población de aquella antigua localidad se trasladó a la hoya del actual Ricote, explica el autor, donde comenzó el diseño y la construcción de la huerta de Ricote. Entre los siglos IX y X los habitantes de Saltus Novus (Salto de la Novia, donde se encontraba el antiguo asentamiento de Riqut) se expanden a lo largo del valle para evitar las continuas riadas que anegaban los cultivos de las zonas más próximas al río. En ese momento comienzan a aparecer pequeños núcleos de población que darían paso a algunas de las que actualmente existen en la zona. La mayoría, apunta el cronista, «se dirigieron a la hoya donde se sitúa el actual Ricote y su gran huerta, situada dos kilómetros fuera del valle y llevando consigo el topónimo Rikut».
En todo caso, Ortega, junto a otros estudiosos, cree que antes de la entrada de los musulmanes de principios del siglo XIII, un pequeño grupo ya se trasladó a la hoya en torno al año 650, donde aprovecharon la presencia de varios surtidores de agua. El resultado de todo ello es la obtención entre los siglos X y XII del espacio agrícola más grande del Valle de Ricote, de cerca de un millar de tahúllas (casi 112 hectáreas).
La población reubicada, afirma Ortega, se centró «en la construcción, aterrazamiento, irrigación y explotación de su principal medio de subsistencia que fue la Huerta de Ricote, la extensión agrícola más grande del Guad Rocot que tal como la contemplamos hoy día parece ser una de las más antiguas del mundo». La fuente principal de irrigación de aquella primigenis huerta fue la Fuente Grande o Fuente del Molino, a una cota alta. Junto a otras fuentes, comenzaron a alimentar, con la expansión de acequias, los nuevos cultivos que se fueron distribuyendo por terrazas.
La huerta original que fundaron los andalusíes en el siglo X tenía aproximadamente dos hectáreas y se dividía en cuatro terrazas, de entre 30 y 60 metros de ancho acotados por muros de piedra seca, que en gran parte aún pueden verse. Como puede disfrutarse todavía el magnífico paisaje que aquellos esforzados pioneros grabaron en Ricote.
FUENTE: http://FUENTE; https://www.laverdad.es/agro/origen-huerta-ricote-20220726210136-ntvo.html