EL OSARIO HEBREO, QUE REVELABA EL DESARROLLO QUE TUVO EL PUEBLO JUDÍO EN CIUDAD REAL
Oct 27 2023

POR JOSÉ MARÍA GOLDEROS VICARIO, CRONISTA OFICIAL DE GRIÑON (MADRID)

En la historia de Ciudad Real, existe un interesante fragmento dedicado muy especialmente a los hebreos, instalados desde mucho antes de la fundación de Villa-Real, es decir, desde los tiempos anteriores de Pozuelo Seco (1255). Durante parte del siglo XIX fueron inútiles cuantas pesquisas se hicieron para hallar el correspondiente sitio del fonsario judío o cementerio en nuestra villa.

Dicha temática ya había sido investigada por otros autores, sin apenas éxito. El feliz hallazgo de la correspondiente documentación, aclaraba el lugar del fonsario y lo referente a su donación, que luego veremos, y correspondió a un eficiente funcionario de la Real Hacienda de la última década del siglo XIX. De su existencia no se dudaba, pues en la donación hecha por Enrique III en 1393 a Gonzalo de Soto, su maestresala, se reconocía que había sido dedicada a Sinagoga mayor, levantada por los numerosísimos hebreos ciudarrealeños, en su barrio de la Judería. 

La Sinagoga poseía su ubicación en la manzana de calles comprendida entre las de Real de Barrionuevo, La Peña, Santo Domingo (luego Compás de Santo Domingo) y La Mata. Y las actuales Libertad y Delicias. En un plano de Ciudad Real del año 1860, vemos aun restos del convento dominico, y en el extremo norte la parte de huerta y cementerio.

Este importante monasterio fue abandonado tras la desamortización de Mendizábal, permaneciendo muchos años abandonados sus restos, luego parte de sus sillares fueron a parar a la construcción de plaza de toros levantada en 1844.

Con el que fue convento de Santo Domingo, y antes Sinagoga Mayor se menciona el coto del fonsario y otras heredades que poseían en el término de esta Villa Real los judíos. Y bastaba saber la importancia y crecimiento que en ella tuvo el pueblo hebreo durante la segunda mitad del siglo XIII y casi todo el XIV, y el respeto y veneración con que depositaban sus restos los hijos de Israel. Pero mientras las investigaciones acerca del paradero y destino de la sinagoga de la calle del Compás de Santo Domingo, junto a La Mata tuvieron un éxito completo, nada se pudo averiguar respecto del lugar ni del sitio o emplazamiento, capacidad y extensión de fonsario.

En el incendio de la Casa Consistorial y archivo municipal de Villa Real en 1396, se perdieron trascendentales documentos, y esta circunstancia añadido a la indolencia característica de sus moradores y también el desdén y repugnancia con que miraban siempre todo lo referente a la raza judía, eran motivaciones sobrados para creer que todo había desaparecido, no quedando más que conjeturas. Pero luego, siglos más tarde, un documento curiosísimo fue hallado entre los muchos que contenía el archivo de Hacienda de nuestra capital, viniendo a revelar lo que con tanto empeño se había investigado. Merced a él pudo fijarse en más de quinientos años de haberse cerrado el documento de los judíos de Ciudad Real, señalando el sitio en que estuvo instalado el dicho fonsario y las dimensiones del terreno, que ocupaba, siendo probable—decía Delgado Mercan—que si se practican algunas excavaciones, se de todavía con los sepulcros de piedra en que solían enterrarse los judíos.

Los documentos hallados entonces, se trataban del traslado de una escritura de venta de dicho terreno del cementerio judío, obtenido del original, en el que estaban incorporadas una carta y una sobrecarta de merced, hechas por la reina Doña Beatriz, poseedora entonces del señorío de Villa-Real por voluntad de su esposo D. Juan I de Castilla, en los años cuyo traslado aparece signado por el escribano del rey y su notario público D. Fernando Alonso de Coca, apareciendo la fecha de 2 del de agosto de 1452. De los antecedentes históricos recogidos y los que se desprenden del mencionado documento, resulta demostrado que al ocurrir los atropellos y matanzas de los judíos de España en 1391, nuestra ciudad con bárbara crueldad, huyeron de ella muchos para salvar sus vidas convirtiéndose los demás, y principalmente los más ricos, a la religión cristiana, aunque de manera fingida.

Dos años después de aquel acontecimiento, aparece la donación de la sinagoga mayor y del fonsario al ya referido Gonzalo de Soto; en 1396, consta por escritura que éste los enajenó á Juan Rodríguez, tesorero del rey en Toledo y vecino de Villa-Real; el cual a su vez hizo merced de dichas propiedades al convento de Dominicos de Sevilla, otorgando escritura al P. prior del mismo en enero de 1399. No obstante, la condición impuesta fue que se fundara en el lugar ocupado por la Sinagoga de judíos un monasterio de la Orden de Santo Domingo, como así se hizo. ¿Qué concibieron los frailes del coto del fonsario? ¿A qué usos lo destinaron? 

Lo que sabemos de cierto, es que trece años después aparece donado por la reina Doña Beatriz al citado Juan Alfonso en remuneración de algunos valiosos servicios prestados por éste, según se dice en las cartas de merced que dejo de referencia. Es indudable que aun perteneciendo a su señorío particular no respetó la cesión anteriormente hecha (modo habitual de proceder de los reyes de entonces), y dispuso de él como soberana y dueña, esto se deduce del texto literal de la segunda carta ó sobrecarta expedida un año después de la primera a petición del agraciado, en virtud de que algunos vecinos de Villa Real se disputaban la pacífica posesión de dicho fonsario o camposanto hebreo, posiblemente para dedicarlo a cultivo.

La reina dice en el documento al Consejo, Corregidor, Alcaldes, Alguaciles de Villa Real… “Que no le pongan embargo al dicho Juan Alfonso impidiéndole la tenencia y disfrute de aquel terreno, del que le había hecho merced en su primera carta fechada en Valladolid,10 de Agosto de 1412… Porque pertenesce al my Señorio e le yo pude dar e faser de merced al dicho Joan Alfonso”…

Esta segunda carta lleva la fecha de 23 de mayo de 1413, y fue fue expedida por doña Beatriz en la ciudad de Toro. En el Boletín de la Real Academia de la Historia, consta todo el documento de cuatro hojas de papel de hilo, bien conservado a pesar de los más de seis siglos transcurridos desde que se usó .

La primera hoja está partida por el doblez en dos mitades iguales, y algo borrosos los dos lados del doblez; las otras se conservan enteras. La letra es la acostumbrada en los documentos procesales del siglo xv, llena de rasgos, sin mayúsculas ni signos ortográficos y plagada de abreviaturas. Lleva sobrecubierta de distinto papel ; y los caracteres, con que están escritos en ella el título y asunto de su contenido, son del siglo XVIII, opinión deducida de la confrontación con otros documentos escritos en Ciudad-Real en el referido siglo.

Tiene borrado el número de orden de cajón y en el legajo aparece el número 29 moderno y “Essd de Rotura del Osario de los Judíos. Número 5.

El motivo de haber ido este documento a parar al Archivo de la Administración de Hacienda de Ciudad Real, tiene un esclarecimiento sencillo; como la tiene el traspaso de dicho Archivo de otros documentos pertenecientes a las parroquias y conventos de Ciudad-Real, que sin duda alguna en las revueltas ocurridas al llevarse a cabo la exclaustración por los años 34 y 35 del pasado siglo (XIX), fueron recogidos en aquellas organismos (Casas de las Oficinas) de la calle de Caballeros, por referirse a fundaciones y propiedades de todo tipo. La escritura en cuestión tenía su sitio, a no dudarlo en el convento de Santo Domingo de esta ciudad; en busca de la cual se realizaron no pocas indagaciones en los dominicos de Ocaña, a cuyo convento fueron a parar algunas cosas del nuestro, pero allí nada había aparentemente. 

En el de aquí, se conservaban, entre otros papeles la escritura de donación de la sinagoga judaica otorgada por Juan Rodríguez de Villa-Real a la Orden, y la de cesión que hizo el Ayuntamiento, a favor de la misma, de la calle de la Barrera, que es la hoy llamada del Compás de Santo Domingo; y es de suponer que incluido en la primera el Coto del Fonsario, en él estaría cuando la exclaustración recientemente hallada .Cabe en el asunto otra hipótesis, y es que el citado documento se encontrara entra los papeles que pertenecían a las consumadas cofradías de “Todos los Santos”, “San Juan de los Viejos” y “San Miguel de Septiembre” de Barrio Nuevo (Judería), fundadas a raíz de las matanzas de los judíos residentes en Ciudad-Real, cuyos priostes fueron los compradores del pedazo de tierra donde estuvo el fonsario, según reza dicha escritura.

Ni en el Archivo parroquial de Santiago, ni en el de San Pedro, se pudo recoger dato alguno que informara de si aún permanecían activas las mencionadas cofradías. No obstante, lo importante del presente estudio, es que, salvando la distancia del tiempo, haya llegado hasta nosotros tan importante documento.

En su cubierta se leen, después del título y asunto ya mencionados, estas palabras escritas (siglo XVIII) “Ya se llama, y de tiempo inmemorial, el osario, y lo atraviesa el carril que desde la puerta de la Mata sale, y va a parar, al Terrero, famosas lagunas de aguas insalubres al E. de Ciudad Real, que linda al O. con el carril que conduce a los de Miguelturra al Guadiana a moler, conocido por camino de Moledores. En la escritura de venta ,se ha podido establecer sobre el terreno la plena seguridad el sitio en que estuvo emplazadlas o el cementerio hebreo, cuya superficie alcanzaba tres aranzadas de tierra (cerca de hectárea y media, capacidad que revelaba a las ciaras el grande desarrollo que tuvieron los judíos de Ciudad Real.

El día 2 de Agosto de 1452 y ante Lope de Cernadilla, Corregidor y Justicia, Mayor de Ciudad-Real, en presencia del escribano del rey y notario público Ferrando Alfonso de Coca, y de Fray Gonzalo de Madrid, del monasterio de Santo Domingo, en nombre y como procurador del convento, prior y frailes del mismo; presentan una escritura en pergamino de cuero y signada, por el escribano público Diego González de Ciudad-Real, ya difunto, que dice:

“En 20 días del mes de Julio de… compareció ante Juan Ferrández de Pedroso, bachiller en leyes y alcalde de Ciudad-Real por el Rey, Ferrando García vasallo del Rey y vecino de Ciudad-Real, prioste de las cofradías de Todos Santos y de San Juan de los Viejos de Barrionuevo (Judería)… en cuya virtud pide al Alcalde que mande sacar los registros de dicha escribanía, en los cuales estará, asentada aquella carta; y hallada que sea, que la mande dar en pública forma, a fin de que el derecho de sus partes no perezca.

A continuación la copia literal de tan curioso documento, que da principio por la declaración que hace Juan Alfonso, escribano del Rey y asistente de la reina doña Beatriz, de los títulos de pertenencia que le acreditan poseedor del pedazo de tierra “que solía ser fonsario de los judíos”, en que puede haber tres aranzadas poco más o menos; el cual dicho fonsario es en termino e cerca de Villa-Real entre los caminos de la Mata y de Calatrava, según más se contiene en dos cartas de merced que la dicha Señora reina me fiso firmadas de su nombre e selladas de su sello mayor de cera pendiente en las espaldas, afirmando que por hacerle bien y darle galardón de unos servicios que le había prestado se lo dio por juro de heredad para siempre jamás Tras de este encabezamiento aparece la inserción íntegra de ambas cartas libradas en Valladolid y Toro en las fechas que antes de ahora dejo anotadas (sic).

La escritura de venta que del pedazo de tierra del fonsario hace fray Lorenzo García Sevillano, prioste de la cofradía de Todos Santos a Gonzalo Pérez del Peral prioste de la cofradía de San Juan, y a Juan López prioste de la cofradía de San Miguel de Septiembre de Barrionuevo, vecinos de Villa-Real, en 1.500 maravedis, mencionando en ella las linderos de herederos de Paño y eras de Alfonso Sánchez, y la senda que dicen del Fonsario.

FUENTE: J.M.GOLDEROS. V.

 

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