POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA

Solo los separan 391 kilómetros exactos. Porque, casi en todo lo demás, salvo en la cronología histórica (de momento), parecen idénticos. Ambos fueron descubiertos mientras se realizaban unas obras. Ambos fueron paralizados de inmediato y la escandalera política aún retumba entre sus ruinas (cada vez más ruinas, claro). Para ambos, además, se vienen anunciando sendos proyectos de restauración, mesas redondas, comités de expertos y otras hierbas. Y, finalmente, ambos escandalizan a la comunidad científica y avergüenzan a sus ciudades.

Uno, el yacimiento de San Esteban, en Murcia. El otro, que cuenta con 274.776 metros, el yacimiento toledado de Vega Baja, así llamado por el proyecto que pretendía urbanizarlo. ¿Y qué les importa semejante comparación a los murcianos? Pues que en Murcia, seis años después de haberse paralizado el aparcamiento subterráneo de la discordia, nada se ha hecho. Pero en Toledo ya llevan nueve largos años igual, igual de mal.

Las coincidencias también evidencian (sí, casi rima) que la falta de interés por el patrimonio es compartida por cualquier ideología política, por si alguien aún no lo sabía. El 26 de julio de 2006, el presidente de Castilla la Mancha, José María Barreda, advertía de que los restos pertenecían «a la ciudad visigoda más importante que hay en todo el orbe occidental», datada en el siglo VI d.C. Lo que obligaba, como señaló, a realizar una excavación “integral, científica y sistemática [¡Pues claro!], que va a durar en el tiempo». Nueve años.

El día 9 de diciembre de 2009, como publicó el redactor jefe de La Verdad (@laverdad_es), Manuel Buitrago (@manolobuitrago), el homólogo de Barreda en Murcia, Ramón Luis Valcárcel, con ese su tono característico de suficiencia altiva, sentenciaba que ”la magnitud e importancia del yacimiento arqueológico de San Esteban hace imposible la construcción en ese lugar”. Acababa de descubrir el fuego. Más o menos, lo que también advirtió su alcalde en Murcia, Miguel Ángel Cámara, el mismo día: “El interés de los restos arqueológicos encontrados en la excavación hace inviable el proyecto”.

Toledo, eso sí, nos lleva la delantera. En años y en despropósitos. El pasado día 23 de octubre, la consejera de Educación, Cultura y Deportes manchega, Reyes Estévez, se cubrió de gloria (no de tierra del yacimiento, ojo) al declarar que, “en los últimos cuatro años no se ha hecho nada y habrá que ir poco a poco”, ha concluido. Ya antes, la actual alcaldesa de Toledo (PSOE) insistía en lo mismo: “Lo primero que hay que hacer es preservar los restos arqueológicos, que no se pueden perder; limpiar la zona poco a poco y adecentarla”. Vamos, todo muy científico. En Murcia, el alcalde Ballesta (PP), cuya condición de exrector le presupone un tanto más avisado, logró un acuerdo del Pleno municipal para aportar 900.000 euros a la restauración del yacimiento. Es la primera medida seria que se adopta; pero a todas luces insuficiente. La Comunidad Autónoma no dice ni mu. Ni mu. Lo que nos recuerda que el yacimiento de San Esteban, como su hermanico el de Toledo, parecen eso: campos para vacas.

Fuente: http://blogs.laverdad.es/