POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
El sol se ha aplomado en lo alto y duele la vista. La luz se ha impuesto pintando de corinto la timidez de una pequeña nube. Se echa el viento flotando en el perfil que trae la voz de la tarde.
La nostalgia saca cuerpo hundiéndonos en el atardecer dorado, transportándonos al dolor que produce el paso del tiempo. Un silencio encalado de verano acuna el balanceo despojándonos el alma de ropajes huecos e innecesarios. Ha vuelto Miserias. Hace unos días que ha llegado. Ladra porque ya no está la “Huerta blanca” para cobijarse en la suavidad de la música del agua fresca de su alberca, ni en la sombra y tranquilidad de su morera, donde los gorriones escondidos piaban en las horas sordas y calmas de la siesta.