POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
El ojo del puente romano de Cangas de Onís, visto desde el puente de enfrente, la N-625, enmarca varias montañas, la más alta es el Pierzu, al Oeste del desfiladero de los Beyos y al Este del Tiatordos. Emma, del Inmaculada, Modesto A. Alba, del Santo Ángel, y yo, del Loyola, subimos el domingo rezando desde la collada Llamena (Beleño), por Otero Torneru, llegamos a una cantera, enfilamos el sendero pendiente y boscoso de la sierra Excueño hasta el Collado los Lagos, helados, alcanzamos la majada de Cerboes, el Cantu las Fuentes y por la cresta coronamos el Pierzu; lo celebramos comulgando licor, que con muergu elaboró Modesto. Modesto fue entrenador de fútbol y, entre otros, dirigió en Oviedo al Estadio, al Masaveu, al Real Oviedo cadete y al Colloto, en 3ª división. Digo que subimos rezando porque, según mi abuelo, Emilio Corrales, cualquier pensamiento agradecido que se dirige al abismo es una oración.
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