NUEVA NORMALIDAD. JUAN JOSÉ LAFORET, CRONISTA OFICIAL DE LA ISLA Y LA CIUDAD, TRAS ESCRIBIR Y CONTAR DURANTE MÁS DE TREINTA AÑOS LA CELEBRACIÓN POPULAR, DESTACA QUE «CADA GRANCANARIO LA LLEVA EN EL CORAZÓN»
Que el coronavirus ha trastocado los planes de toda la población no es nada nuevo. Y que el Covid-19 no entiende de treguas religiosas tampoco. Este año, anómalo y complejo, no iba a ser menos con la Villa de Teror, que ve cómo sus fiestas y romerías con la bajada de la Virgen del Pino han cambiado de manera sideral. Eso sí, esta festividad va dentro de cada grancanario. Así lo dibuja una de las personas más autorizadas para analizar y relatar la situación actual, como es Juan José Laforet, cronista oficial de la isla y de la ciudad, y que lleva más de treinta años juntando letras para plasmar esos sentimientos.
«Es complejo pensar en una celebración del Pino en estas condiciones. Se le hace raro al grancanario, pero no extraño. Ya ha habido ocasiones en la historia que no se ha podido celebrar formalmente, pero el grancanario sabe celebrarlo de una u otra forma. Y el Pino es una festividad que lleva cada grancanario en el alma y en el corazón», asevera.
No obstante, Laforet hace hincapié en el sentir del pueblo isleño. «Se vaya o no a Teror, todo grancanario celebra siempre el Pino. Y este año no va a ser menos», afirma con mucha ilusión.
Tan importante es la Virgen del Pino y su largo camino hasta Teror que para muchos es el día más especial del año. «Yo creo que el calendario en Gran Canaria comienza en septiembre y acaba en septiembre del año que viene por lo grande que es el Pino. Todos empezamos el año haciendo el camino hacia Teror», describe con un nudo en la garganta. «Es la alegría, el encuentro, el compartir y el tener una ilusión», añade.
En relación a su experiencia plasmando el Pino, reconoce haber perdido la cuenta: «Son muchísimos años ya yendo a Teror, pero hace más de treinta años estoy vinculado a Teror, tanto en la parte histórica como periodística»
«Cada año intento recuperar, para mí mismo, historias y vivencias antiguas. Este año quiero hacer el camino viejo de la bajada de la Virgen, el que se usó hasta 1815, saliendo desde la Catedral, atravesando San Nicolás, Cruz de Piedra, Lomo Apolinario, Almatriche, San Lorenzo, San José del Álamo y demás», comenta.
Además, tiene historias para dar y regalar: «Recuerdo, cuando tenía 15 años y estaba en la Cruz Roja de la juventud, ir a Teror desde el mediodía el día 7 y estar allí, sin dormir, hasta la mañana del día siguiente sin dormir, en grupos de servicio por si pasaba algo y eso siempre lo recordaré», explica.
«Estamos pasando por momentos complicados en todos los ámbitos por el coronavirus. Es un golpe fuerte. Pero todo efecto duro en la vida supone salir reforzados en un futuro y Teror lo hará porque en estos momentos todavía se está viendo la repercusión que tiene el Pino para los grancanarios», concluye con optimismo Laforet, consciente de que el año que viene, si dios quiere, todo volverá a la normalidad.
Fuente: https://www.canarias7.es/ – KEVIN FONTECHA