POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
En La Garrovilla el retablo acoge algunas tallas de retablos anteriores. Es el caso de un Calvario, las imágenes de San Pedro y San Pablo, junto con los padres de la Virgen María; San Joaquín y Santa Ana. Restauradas por la fontanesa Fátima Merchán García, Licenciada en Bellas Artes, profesora y restauradora.
La obra de pintura que presenta en el retablo garrovillano son dos cuadros grandes: el Nacimiento de Jesucristo y la Asunción de la Virgen. Junto con otras representaciones de la vida de la Virgen María. Que efigia el pintor Julián. En la obra La Asunción de la Virgen, entre el apostolado aparece el sacerdote y párroco de La Garrovilla (1975-1998), don Manuel Tirado Tobalo (Aljucén 1934-Talavera la Real 2021), que dejó impronta y memoria en la parroquia y en la vida de La Garrovilla.
EL RETABLO DE CORDOBILLA DE LÁCARA
Las tropelías y desmanes fanáticos del enfrentamiento incivil del treinta y seis, destruyeron el retablo parroquial que entonces ocupaba la cabecera. Sin el retablo siguió la parroquia en su labor pastoral, incluso después del Concilio Vaticano II. Tiempo de espera que tuvo su final en los años noventa del pasado siglo. La llegada a Cordobilla del inquieto sacerdote Diego Valle Rubio, propuso ilusión para hacer una reforma en profundidad del templo, implicando a la sociedad cordobillana que colaboró y financió el proyecto, haciendo que todo fuese posible.
El templo recuperó en su nave central la piedra y el ladrillo visto. Encalándose la cúpula y cabecera. Diego Valle contrató con el artista Santiago Lara Molina, con taller en Socuéllamos (Ciudad Real), la ejecución de un retablo. Tomando como referencia el estilo neoclásico, realizado en madera sobredorada, con tres calles, alojándose en ella las imágenes de San Pedro Apóstol, titular del templo, junto con los Santos Mártires Justo y Pastor, los Santitos, como son nombrados popularmente, patronos de Cordobilla.
El pintor Julián Campo ofrece en el retablo cordobillano: La Anunciación, Adoración de los Pastores, Cristo abandonando el sepulcro y la Coronación de la Virgen.
¿QUIÉN FUE JULIÁN CAMPOS?
Julián Campos Carrero (Torrenueva, Ciudad Real, 1928-Badajoz, 2016). Residió en Badajoz desde 1967, desarrollando en ella su carrera artística y docente, como catedrático de Dibujo en el Instituto Zurbarán. Fue Consejero de Número del Instituto de Estudios Manchegos, catedrático de Bellas Artes, con la distinción de “Pintor de la Virgen” “Virginis Mariae Pictor” por el Papa Juan Pablo II, en 1991.
Sus obras pueden verse en numerosas colecciones repartidas por España y otros países como Caracas (Venezuela), Greenville (EE.UU), Japón, La Haya (Holanda), Montreal (Canadá), Setúbal y Elvas (Portugal), etc. Julián Campos aborda temas religiosos, retratos, paisajes, de las gentes sencillas, con sus labores cotidianas y sus costumbres, siendo un verdadero “testigo”, un “narrador” del Patrimonio Etnográfico de estas. Pero, es su creación de temática religiosa la que ha tenido un peso fundamental en su trabajo. Su obra habla de sí mismo, en la espiritualidad que refleja, y consigue transmitir devoción y veneración a cada persona que las contemple, dignificando la humanidad y honrando la creación, siendo éste el fin para el cual están concebidas sus obras de tema religioso.