POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Montijo contó con un edificio que acogía esta institución. Estuvo en la calle de Arriba, próximo al cuartel de caballería, su propietario era el Concejo, que así lo refiere el Catastro de Ensenada en 1753. Fue en 1789 cuando se construye un nuevo edificio, de una sola planta, frente a la fachada norte de la iglesia de San Pedro, lindando con los terrenos de la Huertecilla. En un lugar alto y saludable. Sobre este nuevo edificio el informe de Pascual Madoz, año 1846, señala: “Un pósito, cuya panera se hizo en 1789, la que por su obra y capacidad es uno de los mejores de la población”.
El nuevo Pósito dominaba la zona conocida como “La Silera”, situada en la zona donde se ubica la iglesia de San Pedro Apóstol y la plazuela del Conde, entre otros lugares. Llamada así, por los depósitos excavados en la tierra (silos), a modo de grandes vasijas para almacenar granos que, por la proliferación de rocas en el subsuelo, ejercían de efecto benefactor para que los granos almacenados se conservasen en buenas condiciones. El Pósito tuvo como finalidad resolver problemas del desabastecimiento alimenticio de la población a causa de malas cosechas, regulando la producción cerealista, asegurando las tierras sembradas, paliando con el almacenaje las deficiencias de los años difíciles en momentos de asedios y conflictos bélicos. Funcionaba como entidad de crédito agrícola concediendo préstamos a los labradores. Tres cargos municipales lo gobernaban: el presidente, que era el alcalde, un depositario y un regidor-diputado.
El Pósito, con los años, perdió importancia, aprovechándose el edificio para otras actividades. Una exploración por las Actas Municipales ofrece la funcionalidad del mismo en años del siglo XIX. Domingo Capilla, en 1865, solicita el edificio del Pósito para organizar bailes de máscaras en el Carnaval. En años posteriores lo hacen, entre otros, Manuel Abaditos y Fernando Barrena. En 1870 las dependencias del Pósito se utilizaron para Colegio Electoral en elecciones. También fue solicitado para actividades de los partidos políticos, pues el 16 de marzo de 1873 se daba cuenta de una instancia que presentaba Narciso Bravo Mateo, en nombre de la comisión interina de los republicanos, solicitando el local del Pósito “con el objeto de que en él se puedan propagar la buena doctrina democrática y cuánto de cordura a mejorar la condición moral y material del hombre en sociedad”. Petición que coincidía con la I República Española.
Fueron varias las agrupaciones musicales que amenizaron bailes en el Pósito, entre ellas la Banda de Música y Sociedad Filarmónica, conociéndose algunos de los músicos: Teodoro Rodríguez, Juan Marín, José Rodríguez, Rodrigo Rico, Pedro Dorado y Fernando Rodríguez. También la Sociedad Musical Infantil que dirigía Manuel González Romero. En 1883 el Pósito fue cedido para representar obras de teatro de la Sociedad Local de Aficionados o Compañía de Teatro Dramático López de Ayala. El 23 de enero de 1906 se creó la Delegación Regia y el Reglamento para el funcionamiento de los Pósitos, pasando éstos a depender del Ministerio de Fomento, apareciendo con ello los Bancos Agrícolas y las Cajas Rurales que vinieron a satisfacer las necesidades de los agricultores. Con la llegada de la II República el Pósito se convirtió en Grupo Escolar, bajo el nombre de Giner de los Ríos, edificándose la planta superior. Obra realizada por el maestro Pedro González Gragera. Tras la Guerra Civil de 1936 el colegio pasó a llamarse Padre Manjón, por el sacerdote y pedagogo Andrés Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María. Colegio que se trasladó, en 1985, al actual de la Barriada de El Valle. Pasando el edificio a ser Centro Cultural Ana González Zoydo. Con las sedes actuales del Conservatorio Profesional de Música “Luis Gordillo” y Escuela Municipal de Danza. (Artículo publicado en Crónicas del Pueblo, sección “Desde el Mirador”