POR GABRIEL SEGURA HERRERA, CRONISTA OFICIAL DE ELDA (ALICANTE)
Un 28 de febrero de 1939, hoy hace 80 años, después de que Juan Negrín, como presidente del gobierno de la República, con algunos de sus ministros regresara al palacete del Poblet después de la visita al gobierno civil alicantino, tuvo lugar la primera de las reuniones del consejo de ministros de la República celebrada en la Posición Yuste.
Además de repasar y poner al día los problemas internos de la zona republicana tras la caída de Barcelona en manos de las tropas sublevadas (26 de enero) y la llegada de las mismas a la frontera francesa (11 de febrero), así como el inicio de la sospecha sobre la actitud poco leal del coronel Casado y de la CNT, el aspecto fundamental que se trató en aquel consejo de ministros fue la dimisión de Manuel Azaña, como presidente de la República, motivada al parecer por el reconocimiento internacional del “gobierno de Burgos”, presidido por el general Franco, por parte de Francia y el Reino Unido.
Reunión del gobierno que debió ser bastante tensa a juzgar por la indignación de Negrín ante la actitud derrotista de Azaña. El general Ignacio Hidalgo de Cisneros, de filiación comunista y Jefe del Estado Mayor del Aire, testigo presencial lo relató así:
“Nunca recuerdo a Negrín tan indignado, creo que fue la única vez que lo he visto fuera de sí. Mandó inmediatamente a Azaña un telegrama, que me enseñó, en el que le hacía responsable de las consecuencias que tendría su conducta, que en aquellos momentos —decía el telegrama de Negrín— era una traición a la patria. Efectivamente, las consecuencias no se hicieron esperar. Los gobiernos francés e inglés tomaron como pretexto la dimisión de Azaña para reconocer a Franco …”
La pérdida de Cataluña, la desarticulación institucional de la República, el reconocimiento del gobierno de Franco por parte de las democracias occidentales y la división interna del bando republicano con acusaciones de dictadura comunista sobre Negrín, además del ruido de sables contra Negrín dentro del propio Ejército y la rebeldía de la CNT no presagiaban esperanza alguna para el gobierno de la República. Entre el 26 de febrero y el 5 de marzo, desde la Posición Yuste, Juan Negrín intentó evitar la implosión de la II República.
Fuente: https://www.valledeelda.com/