POR JUAN FRANCISCO RIVERO DOMÍNGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS BROZAS (CÁCERES).
El viajero ha pasado “por un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme” que decía don Quijote de la Mancha y que en realidad se llamaba don Alonso Quijano. Pues bien, tras varios estudios se ha descubierto recientemente que ese lugar es uno de los pueblos más bonitos de España. Se llama Villanueva de los Infantes y es la capital del Campo de Montiel, en el centro de España, de unos 5.500 habitantes.
A lo largo de este reportaje vamos a conocer la historia de este pueblo y las bellezas que encierra. Las primeras poblaciones se asentaron aquí 2.500 años antes de Cristo y después vinieron los iberos, los romanos, los godos, los árabes y hasta los judíos. Sus habitantes se aposentaron en villas y lugares cercanos al río Jabalón, muy cerca de la ermita de la Virgen de la Antigua, de ahí que muchas mujeres del pueblo lleven el nombre de Antigua.
En la iglesia de San Andrés está enterrado Francisco de Quevedo, uno de los hombres más importantes de la literatura española del Siglo de Oro, de 1492 a 1659, con la figura de Nebrija, Colón, Cervantes y Velázquez, en la pintura entre otros hijos ilustres. Francisco de Quevedo murió en la celda que se conserva en el Convento de San Francisco, hoy convertida en museo local.
En la calle Cervantes, que parte de la plaza Mayor, se encuentra la casa del caballero del Verde Gabán, que don Miguel de Cervantes lo retrata así en el capítulo XVI del Quijote: “vestido un gabán de paño fino verde, jironado de terciopelo leonado, con una montera del mismo terciopelo; el aderezo de la yegua era de campo y de la jineta, asimismo de morado y verde. El caballero se llamaba don Diego de Miranda y era un judío rico convertido al cristianismo.
Aquí murió otro hijo ilustre. Se trata de Bartolomé Jiménez Patón, discípulo de mi paisano Francisco Sánchez de Las Brozas, un gramático y humanista, cuya casa está en la misma calle donde se halla la preciosa Casa de Turismo Rural “Los Girones Pacheco”, cuyo patio manchego es una joya de la arquitectura antigua.
Y otro personaje más de esta villa es Santo Tomás de Villanueva, pues, aunque nació en Fuenllana, a unos 8 kilómetros al este, su infancia y juventud la pasó en el pueblo, por eso es hijo y Santo Patrono de la localidad, conservándose aún su casa, declarada monumento. Santo Tomás fue un fraile agustino que llegó a ser obispo de la ciudad de Valencia. Y por sus documentados escritos es el santo patrón de la Universi0dad de Vilanova en Pensilvania, Estados Unidos.
Por todo esto y por su rica gastronomía, el pueblo de Villanueva de los Infantes es uno de los pueblos más bonitos de España que merece la pena visitar.
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FUENTE: http://pacorivero.blogspot.com/