POR ANTONIO GASCÓ, CRONISTA OFICIAL DE CASTELLÓN
El pasado sábado fui invitado, en razón de mi cometido municipal, por el edil Enric Porcar a explicar a los asistentes a La marxa de les ermites algunos pormenores de dos de estos templos huertanos tan emblemáticos como Sant Francesc de la Font y La Magdalena.
Me complace especialmente esta tradición, iniciada por Miquel Soler en sus tiempos de edil que ya ha fraguado, con gran consistencia, en la sociedad castellonense.
Es ésta la tercera vez que tengo el gusto de participar y de verme satisfactoriamente complacido por la disposición con que los excursionistas acogen las explicaciones que se les transmiten sobre las particularidades históricas, populares y artísticas de estas pequeñas iglesias del Caminàs.
Desde el balcón de la ermita del Castell Vell, el concejal Porcar y quien esto firma, vimos la amplia columna de varios centenares de caminantes remontar el puente que sobrevuela la autopista. El número era una declaración palmaria de interés y ello resulta reconfortante.
Estas rutas no son más que, desde un punto de vista deportivo, de afecto por el paisanaje y el paisaje, (y también lúdico-festivo, por qué no) una manifestación de convivencia, de relación humana y de sentimiento pairal, que sin duda hace ciudad, impulsa la participación, hace vivir un ambiente sano y ecológico y hace que se conozcan y se amen más las particularidades de nuestra historia.
Una historia sencilla, sí, pero cuajada por el pueblo, ese pueblo que ahora la celebra. Muy emotivo.
Fuente: https://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/contra/pueblo-ermitas_1184003.html