POR MIGUEL ROMERO SAIZ, CRONISTA OFICIAL DE CUENCA
Ante todo, me siento agradecido ante la apuesta que el equipo de redacción –y sobre todo, su presidente- del Día Digital de Castilla La Mancha ha definido al ofrecerme un espacio en su rotativo, considerando con ello que mi pluma y mi criterio de opinión puedan estar a la altura de quienes con notoria capacidad llevan cumpliendo ese periodismo de rigor y alta constancia en su medio de comunicación.
Cierto es, que me avala la experiencia, después de tantos y tantos años ejerciendo como articulista en todos esos diferentes medios en los que esta familia y su equipo han ido definiendo la evolución socio-política de nuestra ciudad, provincia y región. Por eso, no me siento mal en ello, sino agradecido también de que sigan pensando que uno, en esta etapa definitoria de reflexión a la que la vida te ha llevado, puede seguir aportando al lector y con su aportación suscitar entretenimiento, reflexión, lectura y regalo narrativo.
Tal vez, no sean los mejores tiempos ni siquiera en esos “lunes al sol” que nos llegarán, pero estoy seguro que sí son excelentes momentos para que todos podamos sentirnos un poco más solidarios, humanos y sociables –y digo sociables como término en desuso- porque una sociedad como la nuestra no puede estar constantemente rasgándose las vestiduras, inventando mentiras informáticas o desacralizando santos porque la vida va caminando hacia derroteros sin “quitamiedos” donde el riesgo de caer al precipicio está latente cuando los valores universales, esos que han sido la base de nuestro sentir como seres civilizados, se están resquebrajando y apenas hacemos algo por evitarlo.
Echar la culpa a nuestra juventud, a nuestros adolescentes, a nuestros vecinos o a nuestros políticos, es siempre lo más fácil y común. Pero, por qué, si lo primero que deberíamos hacer es echar esa culpa a nosotros mismos, por saber si actuamos tal cual nos recuerda el subconsciente o lo hacemos en base a un razocinio de “postín”.
Por eso, vaya pues mi primer artículo de opinión en ese acreditado y prestigioso medio de comunicación, hacia la reflexión de lo que esperamos o deseamos encontrar, de si ahora que empieza una nueva era política, debemos sentirnos fieles a nuestros criterios de rigor, de pensamiento, de capacidad, de filosofía de vida, y tal vez, menos influidos por ese corazón que nos idealiza lo sentimental y no nos deja ver, lo real.
Creamos y así seamos sinceros con nuestros criterio que entre todos debemos conjeturar cómo llevar a cabo los mecanismos de consenso, las estrategias de apoyo y “cabalgar” tal cual lo haría nuestro admirado Alonso Quijano hacia la ilusión de un mundo mejor, obviando recuerdos pecaminosos, siendo fieles a nuestros valores intrínsecos, formulando proyectos y colaborando en otros y así, unos y otros, seamos capaces de hacer consenso –palabra casi olvidada del diccionario social- y animemos a los que valientemente afrontan esas responsabilidades para que entre todos, la llegada a la meta sea un esperanzador éxito porque así todos, unos y otros, los “buenos y los malos” nos beneficiaremos y la sociedad en la que vivimos se sienta compensada. Yo creo, que de esa manera, veremos mucho más claro el futuro que dejaremos a nuestros niños…
Fuente: https://eldiadigital.es/