POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Me entusiasma la crónica de asuntos menores. No es modestia, es una manera de observar el mundo que se compadece con mi corto alcance: soy miope; en mis prosaicas limitaciones trato de comprender el universo desde mi introverso, profundizando en lo cercano y lo cotidiano. Me identifico con Tarrou, personaje de Camus en “La peste”, que observaba las cosas con los prismáticos al revés, historiador de lo que carece de historia, narrador de lo insignificante. En esta pequeñez, para que mi relato no se me vaya de la mano, constato que el Ayuntamiento, al margen de sus promesas para dinamizar la economía, acondicionar la Plaza de Toros o sanear el furaco del Cristo-Buenavista, cuya crónica me supera, ha tirado de brocha y ya imprimió una mano de barniz al quiosco de la Chucha, que quizá esta misma semana recibirá una segunda mano. Con esta nueva corporación, ¡qué pinta va cogiendo todo!
Fuente: https://www.lne.es/