POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Tras varios años de ausencia volvió, desde Argentina a su tierra de Ulea, Ernesto Albaladejo. Eran los años 60 cuando Albaladejo, trabajador encargado de una importante empresa constructora, fue destinado a la capital argentina de Buenos Aires para tal menester.
Los años vividos en Argentina nunca los podrá olvidar, aunque los deseos de regresar a su pueblo, eran mayores.
A pocos días, de su regreso, fue entrevistado por el corresponsal del periódico “La Verdad” el día 8 de Junio de 1973 y pormenorizó lo que habían supuesto sus años de estancia en Argentina.
Julián Tomás, el corresponsal, le preguntó por el trato que había recibido en Buenos Aires y éste le contestó sin más dilación: “estupendamente”. “Más que querer a España es pasión lo que sienten.
El anhelo de todos ellos, sobre todo los emigrantes y los hijos de estos, es regresar y volver a pisar la tierra que les vio nacer o la patria de sus progenitores. Los criollos son muy afectivos y cuando fueron a despedirme al aeropuerto tuvieron que agachar su cabeza para ocultar las lágrimas. Cuando se sobreponían me dijeron: nos veremos en España, tan pronto como podamos. ¡Queremos conocer la tierra en que nacieron nuestros padres! Nos hablan de ella con nostalgia y ponderación. Iremos”.
¿Es de suponer que un hombre joven, como tú, y deportista, estarías al corriente de cuanto ocurría en España?. Le interrogaba el periodista.
La respuesta no se hizo esperar. “Claro que sí. El Ministerio de Trabajo español a través del Instituto Nacional de Emigración nos enviaba un boletín mensual con el título “Carta de España”. Además todos los domingos a las 9 de la noche ya estaba en la calle el periódico “La Crónica” y “La Nación” que narraban todos los eventos deportivos que se celebraban en España, durante toda la semana. Allí participé en campeonatos de empresa que organizaba el Quilmes Boliwg Club, que disponía de cuatro canchas de juego.
¿Cuéntanos alguna anécdota, Ernesto?
“Pues sí. He sido, y sigo siendo, muy aficionado a resolver crucigramas y todos los días hacía alguno. En el diario “La Crónica”, en su sección de pasatiempos había uno un tanto enrevesado, por lo menos para mí. En uno de sus enunciados decía: Villa de España, de cuatro letras. No lo supe resolver. Al día siguiente al comprobar la solución cual no fue mi sorpresa cuando leí: Villa de España; Ulea”.
Después de los años trabajando en Argentina, ¿cómo encuentras España?.
“Completamente transformada, hasta el extremo de que me considero un forastero. Espero habituarme, pero, de momento, estoy sorprendido gratamente”.
¿Qué tal fue la despedida en Buenos Aires?
“Extraordinaria. Se celebró un ágape de despedida en el que se congregaron unos 90 trabajadores, desde directivos de la empresa, ingenieros, capataces, peones. Al final del acto me hicieron entrega de un pergamino que guardaré durante toda mi vida”.
¿Vienes para quedarte, o regresarás?
“Mi etapa en Buenos Aires ha concluido. Tengo una familia en edad de estudios y es preciso encauzarlos bien. Estar yendo y viniendo les produciría algún desajuste irreparable. Además quiero disfrutar de mi tierra, la que tanto añoré durante los años de emigrante”.