POR JOSÉ DIONISIO COLINAS LOBATO, CRONISTA OFICIAL DE LA BAÑEZA (LEÓN)
El otro día me contaba un amigo que el cura de su pueblo, con los responsos que obtenía el día de Todos los Santos en el cementerio, tenía para comprar el cerdo que luego mataba por la festividad de San Antón.
Da la casualidad que, leyendo unos viejos manuscritos del Archivo Diocesano de Astorga (C: 12-6, Leg. 1), apareció una carta que el Obispo de la Diócesis de Astorga dirige a los Párrocos de San Salvador y de Santa María de la villa de La Bañeza, que más o menos y resumiendo decía así:
El Obispo de la Diócesis de Astorga, el Ilustrísimo Señor Don Francisco Isidoro Gutiérrez Vigíl, por la Gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Consejero de Su Majestad, viendo los informes y pretensiones que, con fecha 17 de enero de 1795, le remitían los Párrocos, en los que el licenciado don José González, cura de la Iglesia Parroquial de San Salvador, de esta villa de La Bañeza, decía que, según lo expuesto por el señor Visitador de la Diócesis, con fecha 18 de diciembre de 1794, se le reconocía y se le daba la facultad al Párroco de la Iglesia de San Salvador para poder responsear en la Iglesia de Santa María delante de las capillas y tumbas que en la nave había y cuya norma ya venía de antes; el nuevo párroco nombrado, licenciado don Diego del Olmo, cura que había sido del lugar de San Pedro Perix y ahora de Santa María, llegado el Día de Todos los Santos, le impidió el hacer los responsos en esta Iglesia el día de los Fieles Difuntos, con lo que le expone al señor Obispo se veía perjudicado y que sus honorarios y beneficios que de ellos obtenía le daban para compra de un marrano y sostener la alimentación anual de su casa y la de su presbítero don Juan Diez Morante.
(Puede leer el artículo completo en nuestra edición impresa)
Fuente: http://adelantobanezano.com/