POR JOSÉ MANUEL TROYANO VIEDMA. CRONISTA OFICIAL DE LAS VILLAS DE BEDMAR Y DE GARCIEZ (JAÉN)
Hoy recuperamos aquí imágenes que preceden, del retablo de la iglesia parroquial de Bedmar, una de sus pinturas realizadas para dicha Iglesia titulada: San Lucas pintando a la Virgen, que no deja de ser un autorretrato de Sebastián Martínez Domedel “Stefanis” , con el fin de poner en valor la obra que este pintor, escultor y dorador introdujo en la comarca de la Loma de Torreperogil, Úbeda y Baeza, así como en la de Sierra Magina..
Siendo un autor fundamentalmente barroco, en la escenografía en el campo del retablo, en una línea claramente continuista de lo ya conseguido por maestros de la talla de Martínez Montañés, de Alonso Cano o de los Hermanos Francisco y Felipe Rivas, sus coetáneos, en aspectos tan notorios como el juego espacial de los elementos integradores del Retablo, colocados en planos diferentes; la importancia concedida a la luz y la perfecta cohesión entre todos ellos y así poder cumplir su misión dentro de la liturgia, ya que por medio de ellos “piezas de escultura o pintura, a manera de gran cuadro, que se sitúa detrás del altar.
Al decir del profesor Martín González -la iglesia enseñaba permanentemente su doctrina a los fieles, a través de las imágenes que poseía el retablo de instruir al creyente en los Dogmas Sagrados en las Escrituras,se les enseñaba la vida de la Virgen y de los Santos, en definitiva, se les mostraba el camino de la salvación. El camino hacia el Cielo.
Este retablo -inexistente hoy por la barbarie colectiva que asoló la villa de Bedmar un 18 de agosto de 1936- fue un retablo de grandes proporciones, a tenor del espacio que ocupaba, en el que Stefanés se mostró muy innovador, sobre todo en la utilización de las columnas salomónicas, sobre el banco que sirve de soporte a un cuerpo tripartito de gran desarrollo, remato por un ático con relieve, donde se encuadra la figura de Cristo Crucificado, y flanqueado por figuras sedentes, escudo de armas de D. Alonso de la Cueva -nombrado Marqués de Bedmar el 14 de junio de 1614, siendo embajador de la Monarquía Hispánica en la Señoría de Venecia (1606-1618)- y mazos de flores y frutos, tal y como se muestra en la imagen recuperada fotográficamente en 1913 por D. Enrique Romero de Torres.
La estructura del retablo se divide verticalmente en tres calles, determinadas por medio de columnas salomónicas, profusamente decoradas y revestidas de guirnaldas de frutos y pámpanos y de racimos de uvas junto a cabezas de querubines embutidos en esa decoración y con un buen dorado. Los dos cuerpos que presentaba estaban separados por medio de cornisas y los espacios resultantes se decoraron con esculturas y pinturas. Destacando de entre todas ellas el Sagrario en la calle central y sobre él la imagen de la Virgen de la Asunción, Patrona de la Parroquia.
A ambos lados las esculturas de San Joaquín y de Santa Ana, padres de la Virgen y el resto con otras esculturas y pinturas que no hemos podido averiguar, al no haber encontrado una fotografía mejor, que la ya señalada, salvo la pintura, autorretrato del pintor pintando a la Virgen, de San Lucas, también rescatada fotográficamente por el Sr. Romero de Torres en 1913, dentro de su Catálogo Monumental de la Provincia de Jaén, encargado por la Diputación Provincial y el respaldo del obispo de la Diócesis, mediante cartas a los Párrocos para que colaborasen con él. Tampoco he encontrado descripción alguna del mismo y por ello he tenido que acudir a la memoria fotográfica de algunos vecinos de la villa, que como en el caso de D. Juan José Viedma Ruiz, guardaba un grato recuerdo de las importantes obras artísticas que atesoraba nuestra Parroquia y muy especialmente del denominado “Retablo del Marqués”, una obra de Sebastián Martínez, natural de Úbeda (1599) y fallecido en Madrid, en 1667.
Donde desempañaba, según Palomino, el cargo de pintor de la cámara del rey Felipe IV, quien en una ocasión, entrando en el estudio, le puso las manos sobre su hombro, diciéndole: “estate quieto Martínez”, motivo por el cual firmaría sus cuadros con esta palabras: “Martínez fecit”, en lugar de poner su nombre completo.
A juicio del citado rey y según nos relata Palomino, “su pintura fue de poca fuerza y que era menester mirarla junto a los ojos, porque lo hacía todo muy anieblado, por un capricho peregrino”. Para la catedral de Jaén, además de lo ya reseñado en la iglesia parroquial de Bedmar, realizó el Martirio de San Sebastián en 1662, con un estilo muy relacionado con el de Antonio del Castillo y con ecos de Alonso Caçno y de Rubens, en el dinamismo barroco que demuestra en esa obra. Finalmente, señalar, que antes de su llegada a Madrid pasó por la provincia de Córdoba y ya en la Corte, parece ser que realizó un viaje a Roma.
FUENTE: J.M.T.B.