POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Fue en la década de los años, concretamente el día 5 de diciembre de 1957, cuando comenzó a circular por las carreteras españolas el primer romántico automóvil SEAT 600. El primer coche fabricado en España, de este modelo de la Seat llevaba el bastidor nº 100,106-400001, pero por razones administrativas, no recibió su matrícula definitiva de la capital M-184.018 hasta el reseñado mes de diciembre de 1957.
Sin embargo, el primer SEAT 600 que se matriculó en España, lucía la placa de Barcelona B-141,141; cuyo chasis era el nº 100,106-400071.
Tal auge tomó el nombrado SEAT 600 qué, en el año 1958 se estrenó la película «Ya tenemos coche», dirigida por Julio Salvador, con el célebre «seillas» como protagonista principal. Al poco tiempo ocupó un papel destacado en la serie televisiva «Plinio», emitida por Televisión Española.
Entre el día 28 de abril y el 1 de mayo, del año 1963, dos jóvenes aventureros almerienses realizaron la primera vuelta a España en 92 horas y 14 minutos, al volante de un SEAT 600 comercial, cubriendo un total de 4.460 kilómetros.
Iban pasando los años y cada vez tenía más auge incluso en el extranjero y, como consecuencia, en el mes de noviembre de 1965, se exportaron los primeros 150 ejemplares, embarcados en el buque carguero «Megara», con destino a Colombia. Algunos fueron transportados en aviones de la compañía «AVIACO».
En el año 1965, la madrileña Dolores Laguna dio a luz a su hija en el asiento trasero de un SEAT 600, que le conducía al Hospital Maternal, según crónicas de los periódicos madrileños como el “YA”. Años después, el hijo de Rosario Martínez vino al mundo en similares circunstancias.
Prosiguiendo con la historia del romántico SEAT 600, en el año 1967, el diario madrileño “Pueblo”, distinguió al cochecillo con el título de «Figura Nacional», hasta el punto de llegar a calificarle como «Pequeña casa rodante del sufrido Juan Español». El premio fue entregado por el entonces Ministro de Información y Turismo Manuel Fraga Iribarne.
Además de los sobrenombres de «Seilla» y «Pelotilla», el 600 acabó con el nombre de «Ombligo» porque su precio asequible y sus prestaciones hicieron que casi todos los españoles lo tuvieran.
En el mes de abril del año 1969, para celebrar la construcción del medio millón de SEAT 600 fabricados, se conmemoró en Casteldefels, una concentración con todos los ejemplares más antiguos del país, con la matrícula de todas las provincias españolas.
Según las estadísticas de la época, uno de cada tres automóviles que circulaban por las estrechas carreteras españolas en el año 1971 era un SEAT 600.
Si se hubieran podido poner en fila india las 800.000 unidades que se fabricaron del 600, serían suficientes para cubrir la distancia que separa la frontera española con el mar Báltico.
El epitafio más sarcástico lo firmó el humorista Máximo en el diario Pueblo. Decía así: «Aquí yace el SEAT 600, víctima de los mil dólares de renta per cápita».
En el año 1972, seis estudiantes madrileños cruzaron África de norte a sur con sus tres SEAT 600, sin apenas grandes modificaciones, totalizando 30.000 kilómetros por desiertos, selvas y barrizales. El periplo duró cuatro meses.
El coleccionista de miniaturas, Antonio Coria, posee en su casa de Mataró, medio millar de reproducciones a todas las escalas; desde los pequeños para maquetas ferroviarias hasta un teledirigido.
Por fin, en España, se le ha hecho un monumento al famoso SEAT 600, que tanto recordamos los nostálgicos. Se ha erigido en la localidad malagueña de Fuengirola, en la rotonda del barrio «Los Boliches».
La alcaldesa Esperanza Oña y el periodista del motor Paco Costas, han sido los encargados de destapar la bonita escultura de homenaje al célebre SEAT 600. Lo han hecho en el paseo marítimo y, ante la gran expectación que ha suscitado entre curiosos y fanáticos del modelo.
El lanzamiento comercial del SEAT 600, creó grandes expectativas en su época y, tal fue su demanda que los particulares debían apuntarse en listas de espera de más de un año para acceder a un vehículo que se había convertido en un símbolo de status social y que representó la imagen del milagro económico del desarrollo español.
Había mecánicos y entendidos que se dedicaban a trucar el P. S (puto seiscientos), apareciendo el modelo Sigüenza con matrícula de Madrid 1121-D.
Todo español que tenga más de 50 años, conoce parte de la historia de los SEAT 600 e, incluso, se haya montado alguna vez en ellos y, quizá, haya sido dueño de alguno. Estos coches que empezaron a fabricarse en España en el 57, marcaron una época de la historia de nuestro país.
Los curiosos y nostálgicos que se acercan a visitar estos vehículos rodados o tienen la fortuna de contemplarlos circulando por las carreteras españolas, pueden seguir recordando la típica imagen de los años sesenta con una familia al completo, subida en un SEAT 600, de camino a la playa, con la sombrilla y las maletas en la baca.
Hasta aquí, cuanto he encontrado en hemerotecas, o me han contado personas más avezadas que yo. También he puesto a contribución mi propia experiencia, ya que fui propietario de uno de ellos durante varios años.
Como amante impenitente de la historia local, quiero recordar que en nuestro pueblo, hubo varios usuarios del célebre SEAT 600. Entre ellos: Enrique López Jiménez- el médico. Ataulfo Abellán Valiente- el marido de Doña Lola.Antonio Marín López- el rojo de ratones. José Garrido Palazón- el de la Constanza. Y mis hermanos y yo. Paco, Antonio, Ángel y Manolo Carrillo- Espinosa. Los de los muebles.
He dejado para el final a Jesús Marín López- Jesús de ratones, porque además de poseer un utilitario, adquirió diez SEAT 600, los reparó y los tiene expuestos en un almacén para que puedan admirarlos los románticos de dicho vehículo utilitario.
Estoy seguro que se me habrá olvidado alguno, a pesar de que he estado indagando durante más de un año. Lo siento.