POR ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DE MALANQUILLA (ZARAGOZA)
En el Archivo Parroquial de Malanquilla (A.P.M.) y en concreto en el Quinque Libri, se relata la visita Pastoral de fray Diego de Yepes, obispo de Tarazona, el 16 de septiembre del año 1607. En ella se ordena que en seis meses “redifiquen dicho humilladero de manera que sea capaz y espacioso con la decencia y ornato que se requiere”, en cumplimiento de la última voluntad de Mosén Juan Ruiz de Liori, en la que se había incluido un legado para la reparación del Humilladero. Ahí encontramos la datación de la actual fábrica.
Estamos ante un sencillo espacio sagrado, de cabecera recta con una única nave que se cubre con bóvedas de lunetos decoradas con yesería.
Presidiendo el espacio, en la cabecera, se encuentra el retablo del Santo Cristo, fechable, según el historiador Cortés Perruca, en torno a la década de 1740-1750, posiblemente, realizado en el taller de la familia Romero quienes trabajaron profusamente en la zona. Según este mismo autor, el retablo sería posterior a las imágenes del Cristo, la Virgen y San Juan, que podrían haber sido realizadas entre 1600 y 1650.#
El retablo está realizado en madera parcialmente dorada. Consta de un banco de pequeñas dimensiones, cuerpo central y remate semicircular.