POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Es el saúco (sabugu, benitu, benditu… en asturiano) un arbusto muy frecuente en Asturias. Su nombre botánico es Sambucus nigra L. y sus flores primaverales, formadas por grandes ramilletes blancos, destacan estos días por su abundancia y lozanía.
La leyenda envuelve con su manto de misterio la existencia de este arbusto: para unos, es árbol maldito porque en él se ahorcó Judas, el apóstol traidor, después de entregar a Jesús para su crucifixión; para otros -los más- es árbol de bendición porque dio cobijo y sombra -es decir, consuelo- a la Virgen María en su lloro silencioso por la muerte de su Hijo.
En Asturias y en Galicia es creencia general atribuir virtudes excepcionales a las flores de saúco recolectadas, precisamente, en el amanecer del día de San Juan Bautista pues, como dicen por tierras gallegas «así fain melecía pra os oios e pra muitas mais cousas».
Aquí se recomienda tomar la infusión de flores de saúco para estimular la sudoración en procesos catarrales y gripales; utilizarla en gargarismos para casos de amigdalitis; como enjuague para lavado de heridas , de ojos y de úlceras o aftas en la boca…Vean esta otra fórmula de aplicación en situaciones de dolores de vientre, «retorcijones de barriga», diarreas «acuosas» tan típicas del verano… Síganla al pie de la letra, que su eficacia está comprobada.
En la noche de San Juan recojan una flor grande de saúco, tres nueces «en leche con muergu y tou» y dos o tres ramitas, con sus flores, de hierba luisa. Dejen todo al sereno para que lo bendiga el santo y por la mañana del día 24 lo depositan en una jarra con un litro de aguardiente, una rama de canela y un poco de azúcar. Déjenlo macerar durante nueve lunas, sacándolo cada noche al sereno y por el día evitando que le de el sol; filtren y consérvenlo en botella bien cerrada.
La dosis recomendada en casos de consumo necesario es de dos copitas, una por la mañana y otra por la noche. Y si la afección es muy aguda…. ¡repítase la dosis!