EL RECORRIDO DECORATIVO POR LA CAPITAL PARRAGUESA TIENE ADEMÁS PARADA OBLIGADA EN LA CASA DEL CRONISTA OFICIAL, FRANCISCO ROZADA
Son cinco colores que, al margen de las discusiones sobre su orden, se han convertido en enseña de dos villas en los días previos al Sella. Por cualquiera de sus entradas, la bandera sellera da la bienvenida a Arriondas, capital de la salida del Descenso engalanada para la ocasión con estandartes de Asturias, España y un sinfín de países vinculados a la prueba. La fachada del inmueble de la avenida principal esquina con Ramón del Valle es desde hace más de cuatro décadas el lienzo donde dos generaciones de parragueses han expresado su fervor por la fiesta. «Empezaron a ponerse las banderas de Asturias y de España cuando se hizo el edificio, en el segundo y en el tercer piso», relata Cristina Cuenco, hija de los vecinos del segundo, Adolfo y Chicha ‘la de San Julián’. Junto a ella, Norma Suárez, hija de los propietarios del tercero, Gerardo y Tina, se encarga de mantener viva esta tradición que hace de su edificio el más colorido de la villa. «La bandera del Sella lleva cinco años poniéndose y el pasado incorporamos las de Parres y La Peruyal. La bandera de arriba -decenas de enseñas asturianas- nos la cedió Agustín Álvarez, que la había hecho para el desfile de hace tres años», cuenta Cuenco, quien relata cómo el montaje supone un trabajo «de horas». En esta ocasión ha contado con la ayuda de Juliana González, nieta de los vecinos del tercero, y los residentes que han ido llegando al inmueble se han incorporado también a la tradición, entre ellos Toni Somoano y Eduardo Fabián. A ellos se suman los propietarios de los negocios, como la farmacia y la asesoría. «El año que viene queremos ampliar y poner una bandera de los países», adelanta Cuenco.
Por lo pronto, en esta 83 edición del Descenso su despliegue rivaliza con dos novedades de tamaño macro, las banderas del Sella colocadas por el Codis y el colectivo Selleros. La del comité organizador cubre la fachada del número 3 de la calle Argüelles, con sus 7,5 por 7 metros. Los Selleros, por su parte, han optado por depositar su huella frente a la salida de la prueba, justo tras el cañón. El recorrido decorativo por la capital parraguesa tiene además parada obligada en la casa del cronista oficial, Francisco Rozada, con un guiño especial a Dionisio de la Huerta, padre del Descenso, que preside la fachada oteando a las nuevas generaciones de selleros.
Monteras y chalecos
También en Ribadesella juega un papel destacado la ornamentación de calles, ventanas y balcones. El Ayuntamiento ha ampliado este año a la zona portuaria la instalación de banderines, llegando incluso al Paseo de la Grúa. Asimismo, cada vez son más los riosellanos que deciden vestir sus viviendas de Piragües, con collares, pañuelos, chalecos, monteras, banderines y banderas asturianas, españolas y selleras colgadas en sus ventanas y balcones. Y entre los estandartes selleros, en Ribadesella conviven sin pegarse los dos modelos existentes. Por un lado, el modelo original establecido por Dionisio de la Huerta en el año 1954 con cinco colores en franja horizontal siguiendo este orden: rojo, amarillo, verde, blanco y azul. Por otro, el orden que estableció el Codis unos cuantos años después: rojo, azul, blanco, verde y amarillo. Pero como el orden de los factores no altera el producto, la coexistencia es pacífica, serena y afable.
Fuente: https://www.elcomercio.es/ – G. POMARADA / J. GARCÍA