EL SENDERO DE LA AMISTAD, DEL AGUA , DE LA NIEVE Y DEL VIENTO
POR ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DE MALANQUILLA (ZARAGOZA)
Quiero, en mi última publicación del año como Cronista de Malanquilla, poner en valor lo que nos une más allá de lo que nos pudiera separar. Y buena muestra de ello es el Sendero del Agua, la Nieve y el Viento, que yo me atrevo a rebautizar como el “Sendero de la Amistad”. Nos une una historia común de la que nos sentimos orgullosos y nos une el deseo de mostrarla y de hacer un Malanquilla mejor y más habitable. Nos une, fundamentalmente la ilusión por engrandecer Malanquilla y evitar el declive poblacional que es común a tantos pueblos de la España vaciada.
El sendero, en su primer año de vida, ha demostrado ser un eslabón intergeneracional capaz de atraer miradas más allá de nuestras fronteras, un recurso turístico que ojalá sirva también para fijar población en un futuro próximo.
Este sendero que trata de enseñar nuestro pasado es ya el “sendero de la amistad”. Durante este 2024 que se nos escapa de las manos, numerosos han sido los amigos que se han acercado a recorrerle propiciando, por encima de otras consideraciones, un intercambio personal que siempre termina en una amistad sincera, quiera Dios, que prolongada en el tiempo. Para mí ha sido un verdadero placer hacer el sendero con personas a las que poco conocía y que tras esta vivencia puedo considerar amigos. El sendero une, facilitando la comunicación entre personas, al tiempo que visualizamos los testigos vivos de nuestra historia pasada. Viendo lo que fuimos somos capaces de transmitir lo que somos, un pueblo amigo donde la amistad no se presta, se regala.
Gracias a todos los que habéis hecho posible estos encuentros y al Ayuntamiento de Malanquilla por confiar en el sendero como motor de dinamización. Que 2025 nos permita agrandar el horizonte con nuevas amistades que siendo nuestras, lo serán siempre de la causa de Malanquilla.
