POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
En los terrenos aledaños a la mezquita, erigida sobre las paredes de una antigua almacén en cuyo derredor se encontraba el primer cementerio oficial de Ulea, en el que se efectuaban los enterramientos había un solar o plazoleta, que llegaba hasta los límites de «la Acequia Madre», desde donde salía el camino de «la Cuna» y colindaba con las fincas de Mara Piero y Francisco López. A este espacio de terreno baldío, se le llamaba «el sitio de la Cruz».
Pues bien, en este solar se terminó de construir en el año de 1492, «La primera casa Ayuntamiento de Ulea»; obra que comenzó a edificarse el día 10 de mayo de 1490.
Las dependencias de dicho ayuntamiento eran sencillas y funcionales, adaptándose a las necesidades del momento. En la planta baja se encontraban las dependencias municipales y, en el primero y único piso, estaban los habitáculos oscuros e insalubres que conformaban la «cárcel del Pueblo», en donde se recluían los presos que habían cometido alguna fechoría punible y, tras ser juzgados y declarados culpables, eran condenados y encarcelados.
Desde las estribaciones del solar que quedó tras la construcción del Ayuntamiento, partían caminos y callejuelas que conducían a los terrenos de «La Cuna», a la «Acequia Madre», posteriormente llamada «Acequia Mayor» y al río Segura, por caminos de huerta que iban paralelos a los brazales. Al norte, este y oeste se abrieron estrechas callejuelas a cuyos laterales comenzaron a construir el nuevo pueblo.
Junto al Ayuntamiento se construyó una cuadra (donde cobijaban a los animales de carga y tiro, propiedad municipal), un almacén (donde guardaban la tartana oficial) y una almazara; todos ellos propiedad del consistorio.
El solar, que mediá 67 varas de frontis, fue suficiente para albergar los edificios citados y una pequeña plazoleta para esparcimiento de los vecinos. El pueblo de Ulea hizo merced a Doña Mara Piero, dueña del solar, por su donación desinteresada a los vecinos.