POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
El general Miguel Primo de Rivera creó el Somatén, cuerpo al que podían pertenecer los varones mayores de 23 años que demostraran solvencia moral, pudiendo utilizar armas largas de su propiedad y siendo considerados agentes de la autoridad. José Lemus Cabañas, cabo del Somatén, del distrito de Lobón, se dirigía en un artículo a los lectores del Correo de la Mañana, el 8 de agosto de 1924, al que tituló: “Extremeños, sed somatenistas” para decir que “el Somatén simboliza el orden social, inspirado en el más elevado patriotismo; por eso a él debemos acogernos todas las personas que seamos amantes de nuestra madre España”. José Lemus Cabañas, fue elegido alcalde de Lobón en 1922 y vendía vinos al por mayor desde su almacén en la calle Castillo.
El 1 de febrero de 1926 se celebró en Lobón la fiesta de la jura de bandera del Somatén, junto a la fiesta escolar Pro-Ahorro, con reparto de cartillas a los niños de ambos sexos de las Escuelas Nacionales y una merienda. Otros cabos y abanderados del Somatén lobonero fueron, Lorenzo Dorado Monroy y Antonio Fernández Martín.
La Guardia Civil de Lobón estaba formada entonces por cinco números, que vivían en la casa-cuartel, en la calle Madrid (Fotografía 1): Joaquín Pajuelo Calle, natural de La Haba. Gonzalo Vaca Martín y Juan Molina Capote, que eran de Montijo, Manuel Pijierro Díaz, de Talavera la Real y Alfonso Meneses Soto de Badajoz (Fotografías 2 y 3). La edad media de los guardias civiles era de treinta y cuatro años. Hacía poco que habían dejado la casa-cuartel que estuvo en la calle Altozano. Contaba Lobón con tres guardas, un guarda de campo y cinco guardas rurales, que vigilaban y controlaban las tierras y los ganados, denunciado y deteniendo a los causantes de hurtos y tropelías.