POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEWZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
En su localidad, Alcalá la Real, se ha constituido una Comisión Organizadora para coordinar diversos actos en torno al legado artístico del constructor.
La Comisión, en la que figura el Cronista Domingo Murcia y el Técnico de Cultura, Francisco del Toro, pretende “ reivindicar y rescatar del olvido a uno de los alcalaínos más destacados del siglo XX, autor de numeroso edificios singulares de Alcalá la Real y otras poblaciones de la provincia . “La Morena” fue un maestro de la arquitectura sin haber sido arquitecto y dejó plasmado su arte en multitud de inmuebles que caracterizan imágenes muy singulares de nuestra ciudad”
Villanueva del Arzobispo, debe a este constructor una serie de edificios que son el orgullo de la ciudad, realizados durante el último periodo de la década de 1920. Intervino en edificios civiles y religiosos, por lo que en esta página de cronistas iremos enumerando y visitando su obra.
Puedo indicar que esta década supone para nuestra localidad el mayor desarrollo económico, de trabajo, prosperidad y de obras singulares. El inicio de la construcción del Pantano del Tranco, el ferrocarril Baeza-Utiel…la construcción de la Plaza de Toros, inaugurada en 1928; la construcción del Parque Municipal de San Blas, en 1926.
Manuel López Ramírez además de construir cinco edificios, realizó la reparación en el hundimiento de la bóveda de la media naranja en la Iglesia de San Andrés, la recuperación de los azulejos del altar mayor en el Santuario de la Virgen de la Fuensanta y finalizó la ornamentación la Plaza de Toros de la localidad.
Uno de los trabajos más completos sobre este autor lo realizó el alcalaíno, Francisco Rosales Fernández, varios años párroco en nuestra localidad. Este trabajo lo presentó en las XI Jornadas Históricas de las Villas, celebradas en el año 2003.
Casa de los Arcos
D. Manuel López Ramírez coincidió en el balneario de Marmolejo, con D. Tomás Bueno Romero, que acompañado por su esposa, Dª Ángeles Carrascosa Medina, que algo delicada de salud, fue a buscarla en este lugar idílico y tranquilo. En este tiempo charlaron de la actividad constructora de Manuel y D. Tomás le invitó a esta localidad. Aquí le pidió tirar su vieja casa, situada en la Plaza Mayor, y construir una nueva.
Presenta este edificio “todas las características estéticas de este artista, un acusado eclecticismo donde las líneas renacentistas en los frontones y arcos de medio punto se combina graciosamente con las filigranas barrocas de la rejería y de las cerámicas andaluzas que rematan la fachada, que nos recuerdan a la Plaza de España en Sevilla, que él visitó en este periodo, mientras que el patio central es una réplica nazarí. Las escaleras con el estucado al fuego y diseño modernista, tiene elementos tan distintos pero al mismo tiempo tan sabiamente integrados, que constituye al edificio como emblema de la arquitectura urbana y patrimonio de la ciudad villanovense. En la terraza con cinco arcos, adornados con ricos y variados azulejos de grecas y unas figuras en cada soporte de los arcos, la terraza la finalizó con seis jarrones de cerámica.
La rejería llegó de Alcalá la Real, elaborada por los Loperas; la carpintería de los hermanos Ramírez; los estucos y yesería del granadino Santisteban; la cerámica que tanto recuerda la Plaza de España de Sevilla, de Triana. El dibujo del proyecto que todavía se conserva, fue realizado por Pedro Ríos”.
La puerta de la calle, nos la describe de forma magistral, el Doctor Ingeniero de Montes. D. Francisco J. Peris: “La puerta es de doble hoja, formada por un conjunto de 5 plafones de madera de Nogal de 50 cm de anchos, barnizados, sujetos a armazón de Pino salgareño pintado de gris. La composición estética en la fabricación de los plafones centrales, es de enfrentamiento por el duramen de dos cortes tangenciales del tronco del árbol lo que le proporciona al conjunto una inusitada belleza. ¡El artesano que lo hizo era un profesional con gran sensibilidad artística! Los dos plafones inferiores de forma rectangular con la dimensión mayor equivalente a la anchura de la hoja están adornados con un elemento metálico imitando una hoja de palmera, elemento que también figura en el montante, sólo que duplicado al abarcar toda la anchura de la puerta. La tornillería de sujeción al armazón sólo es visible exteriormente en los
montantes y largueros utilizando cabezas piramidales en pico de diamante sobre placa en cruz (las situadas en los ángulos en forma de cruz de San Andrés) con los brazos en forma de flor. Llamadores de latón de forma hexagonal y tirador en la hoja derecha”.
Este edificio se destinó a Ayuntamiento durante la guerra civil.
En los años 80 Pedro López Manjón, artístico albañil de nuestra localidad, realizó una intervención en un baño, cercano al patio, en el que dejó la muestra de su estilo en perfecta sincronización al edificio.
Tuvimos el honor de recibir en diciembre de 2015 a un grupo de alcalaínos en un programa cultural que llevaba a cabo el cronista Domingo Murcia,” Otro Domingo de Domingo” en este grupo venían las nietas de D. Manuel López Ramírez, en aquella ocasión no pudimos visitar el interior.
En 1970 a este edificio le concedieron el Premio Nacional de Arquitectura y Premio al embellecimiento Provincial.
El alcalde, Gabriel Fajardo, en un periodo cercano realizó varias gestiones con el dueño del edificio, Manuel Ibáñez, para la cesión temporal de la Casa de los Arcos, en donde se instalaría la Oficina de Información Turística. La muerte de Manuel, dejaron las gestiones de proyectos.
Como ha sido un lugar al que pocos vecinos habían visitado, la Concejalía de Turismo, quiso en el verano de 2019, dedicar una noche a la visita a todos aquellos que lo desearán, estableciendo grupos, no superiores a quince personas. En aquella noche llegaron a realizar la visita más de quinientos vecinos. Acompañados por la Concejala de Cultura y la guía Sara Sánchez. Un virtuoso de la guitarra ofrecía sus melodías a cada grupo, que eran obsequiados con la clásica “flor de lis” y helados.
Casa orgullo de la localidad por su belleza, siempre escondida, que nos traslada a la Alhambra o a la Plaza de España de Sevilla.
Justo y merecido homenaje a Manuel López Ramírez en su localidad Alcalá la Real, por ser uno de los mejores embajadores con su arte en toda Andalucía.