POR RAFAEL ÁLVAREZ RODRÍGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLACASTÍN
La segunda y definitiva muerte de una persona sucede cuando su recuerdo desaparece de la memoria de los vivos. De manera natural recordamos a los familiares fallecidos más cercanos, pero los antepasados desaparecen de la memoria familiar en el transcurso del tiempo, imperceptiblemente. Para evitarlo, no estaría mal fomentar el estudio de la Genealogía que evitaría el olvido. Pero pretendo, que para segovianos, paisanos Villacastinenses y lectores ocasionales, que el recuerdo del teniente de Artillería Esteban Heredero Valverde no quede en el olvido. Sus compañeros le recordaron en sus memorias, grabaron su nombre en mármol expuesto en los pasillos de la Academia de Artillería, está en la memoria de hermanos, sobrinos… y próximamente libros de historia local de Villacastín, donde generaciones venideras conocerán su biografía.
Esteban nació en Villacastín el 26 de marzo de 1919. Sus padres eran Evaristo Heredero y Sabina Valverde. A su vida, como a millones de españoles, le salió al paso el desencadenamiento de la fratricida guerra civil 1936-1939. Dejó la casa paterna para luchar voluntario en la guerra con 17 años, alcanzando el empleo de Alférez Provisional de Artillería en mayo de 1937 y el de Teniente Provisional de Artillería en julio de 1938. Siguió la vocación militar ingresando en la Academia General Militar para realizar los cursos de transformación, confirmando el empleo de teniente.
Se presentó voluntario para formar parte de la División Española de Voluntarios, cruzando la frontera el 6 de abril de 1942 y tras la preparación en Alemania marchó a Rusia donde le destinaron a la PLM del IV Grupo de Artillería de la mencionada División. El Jefe de Artillería del IV Grupo era en septiembre de 1942 el Comandante Felipe Maroto Hernández, también nacido en Villacastín (*1903) y por tanto paisano de Esteban. El fatídico 30 de septiembre de 1942, del que se cumplen 78 años, el teniente Heredero supo que su comandante estaba en el Puesto de Mando (PC) y marcho presuroso para realiza sus cometidos. En el instante en que llegó, un fatídico y certero proyectil ruso impactó en el PC quebrando las vidas del Cte., Maroto, de los Ttes., Heredero y González y un suboficial alemán, salvándose milagrosamente un artillero. Su mejor amigo y compañero pensó que a Heredero no le había dado tiempo a llegar…Al día siguiente recibieron una carta para el Cte. Maroto con una foto de su mujer con su hijo y un montón de cartas de la familia para el Tte., Heredero.
Recibieron la extremaunción y procedieron a enterrar los restos mortales. El Cte., y el Tte., recibieron cristiana sepultura uno junto a otro y en sendas cruces grabaron el empleo, nombre y fecha del deceso. Pasaron los años y las sepulturas, no desaparecieron contra lo que podría pensarse. Además de estar perfectamente registradas en documento oficial, la población rusa que recibía un trato extraordinario de los militares españoles las respetó y cuidó preservándolas de manera que hace unos años cuando trasladaron los restos al cementerio de la fundación alemana VDK, fueron fácilmente localizados.
Hace unos años que repatrían los restos de militares españoles muertos en Rusia, los datos pueden ser fácilmente consultados. Hay que resaltar el trabajo de la Fundación INDORTES (entidad española que cuida varios cementerios españoles en el extranjero) y del Ministerio de Defensa que organiza y entrega, en ceremonia privada, los restos a los familiares. Ésta última repatriación en la que figuraba el teniente Esteban Heredero, se ha retrasado un año, debido a que el pasado otoño tenían lugar las elecciones generales, luego la pandemia del Corona Virus…y por poco, se frustra la entrega, que gracias a la labor del Ministerio de Defensa, ha podido realizarse. Rodeado de familiares, los restos del teniente de Artillería Esteban Heredero Valverde han sido inhumados con sus padres en la tierra que le vio nacer. Tu familia no te olvido, ni los compañeros de la familia militar, que al toque diario de Oración y en los actos oficiales tenemos siempre presente a los que nos precedieron en la milicia. Esteban, compañero, paisano, que nuestra tierra te sea propicia.