EL HISTORIADOR Y CRONISTA OFICIAL DE VALDETORRES DEL JARAMA (MADRID), MARTÍN TURRADO VIDAL, EN SU LIBRO ‘ESTUDIOS SOBRE HISTORIA DE LA POLICÍA Y GENTES DE MALVIVIR’ RECOGE QUE ESTA TRETA SE PUSO EN CIRCULACIÓN A PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX
Un desconocido comienza a seguirte en Twitter y, cuando tú lo sigues, te manda un mensaje presentándose como el director de una entidad financiera. Asegura que hay millones de dólares esperándote en su banco porque una persona con la que compartes apellido tenía una inmensa fortuna, no tiene familia y acaba de fallecer. Al final, especifica un correo para que te pongas en contacto para más información. Se trata de una estafa clásica, conocido como «cartas nigerianas» o timo de la herencia, que se realiza ahora a través de redes sociales. Este es el mensaje que varios periodistas de EL PAÍS han recibido desde la cuenta de Twitter @jamalbinuae14.
En este tipo de timo, el estafador pide a la víctima pequeñas cantidades de dinero que supuestamente necesita para acceder a la fortuna prometida: para hacer frente a comisiones, tasas, transporte… «La historia que se cuenta va cambiando», explica Policía por teléfono a Verne, «pero el objetivo siempre es el mismo, que el estafado envíe pequeñas cantidades de dinero con la promesa de obtener mucho más a cambio».
Esta estafa tiene cerca de 200 años de antigüedad. «Primero se hacía con cartas físicas, y ahora se realiza por redes», cuenta Policía. Además de por Twitter, también han registrado casos de este timo a través de Facebook.
De 2003 a 2010, 19.500 personas en España denunciaron ser víctimas de las llamadas cartas nigerianas, llamadas así por provenir de grupos organizados de estafadores en Nigeria. El timo de las herencias falsas entra en esa categoría, en la que también hay engaños relacionados con puestos de trabajo, venta de teléfonos móviles o premios de lotería, siempre falsos. En 2016, la Policía detuvo a una banda de 31 personas, la mayoría de origen nigeriano, que realizaban este tipo de timo. Llegaron a estafar 1´7 millones de euros a una única persona.
La versión tuitera que han recibido varios redactores de EL PAÍS comparte el esquema clásico de estos timos, con la salvedad de que primero hay que seguir al estafador. La persona que reclama el dinero se presenta como un profesional muy respetable. En el caso de esa cuenta de Twitter, lleva la firma de Jamal Saeed Juma Bin Ghalaita. Es el nombre de una persona real, un ejecutivo del Emirates Islamic Bank PJSC. Así, los timadores consiguen que si googleas el nombre del que firma el mensaje te encuentres con un perfil convincente y sea más fácil que el usuario le devuelva el follow.
Durante los últimos años, el correo electrónico ha sido una de las vías más utilizadas para realizar este tipo de timos. Snopes, una página web especializada en desmentir bulos, tiene registros de este tipo de emails desde el año 2003. En el ejemplo de Snopes, los timadores se presentan como personal del banco suizo HSBC.
¿Y si recibo uno de estos mensajes?
En caso de recibir uno de estos mensajes, Policía recomienda no contestar. «Lo mejor es ignorarlos y reportar a la propia red social», explican. En Twitter, el reporte se realiza desde un botón a la derecha del mensaje recibido:
En Facebook hay que ir al perfil del usuario a reportar y hacer clic en el botón de los tres puntos suspensivos.
De nombre nigeriano pero de raíces españolas
Aunque este timo se popularizó con el nombre de «cartas nigerianas» debido a que, durante las últimas décadas, la estafa era cometida principalmente por grupos organizados nigerianos, algunos de los primeros casos de este tipo de timo provienen de España. El historiador y cronista oficial de Valdetorres del Jarama, Martín Turrado Vidal, en su libro Estudios sobre Historia de la Policía y Gentes de Malvivir recoge que esta treta se puso en circulación a principios del siglo XIX con el nombre de «el tesoro escondido», en el que se hacía creer a la víctima que había un tesoro escondido y que, si ayudaba económicamente a desenterrarlo, se le ofrecería parte del botín.
Turrado explica que el timo se popularizó debido a que durante la Guerra de la Independencia (1808 – 1814) mucha gente enterró sus pertenencias para evitar que el ejército de Napoleón se hiciera con ellas. «Con estos antecedentes», cuenta Turrado en el libro, «los timadores encontraron una trama argumental para su cuento lo suficientemente creíble para que el primo soltara la pasta, que es en el fondo de lo que trata este negocio».
Fuente: https://verne.elpais.com/