POR JUAN ANTONIO ALONSO RESALT, CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE LEGANÉS (MADRID)
Fue Madrid, la capital, la primera ciudad española en disponer de una linea de tranvía a mulas que unía el centro de la capital, la Plaza Mayor con un pequeño pueblo de las afueras, donde existía un gran cuartel de tropas, una manicomio nacional, el de Santa Isabel y cierta actividad agrícola importante.
PLAZA MAYOR-CALLE TOLEDO-PUERTA DE TOLEDO-PUENTE DE TOLEDO- CAMINO DE CARABANCHEL BAJO-CARABANCHEL ALTO-BUTARQUE-LEGANÉS
Otros de los motivos por los que se creó esta línea de tranvías, además del crematístico, con más de 30 kilómetros de raíles, fue la presencia, como hemos explicado del cuartel que fue de los Reales Guardias Walonas, con miles de soldados y oficiales que deberían transitar hasta la capital. Un cuartel que todos conocimos hasta los años 80 del pasado siglo como el cuartel del Regimiento Saboya, número seis que se desplazó hasta Botoa en Extremadura en 1983, para dejar los edificios o mejor ese espacio para convertirse en la Universidad Carlos III.
Otro de los motivos que hemos apuntado, es la existencia del Manicomio Nocional de Santa Isabel, inaugurado en tiempos de Isabel II al que acudían todos los días, médicos, enfermeras, proveedores de carnes, pan o pescado y medicinas, Y por el traslado a la capital desde las huertas de Leganés, de los ricos productos hortelanos , futas, calabazas, hortalizas, y pocos pepinos, productos que se transportaban y vendían todos los días en la plaza de la Cebada, frutas y verduras trasladados también en borriquitas y carros por los labradores de Leganés, que igualmente utilizaban este tranvía (tan moderno) tirado por seis mulas.
El día 27 de enero de 1876 los empresarios solicitantes de la instalación de la familia O´Shea y de construcción de esta vía de comunicación, el tranvía de tracción animal entre la Plaza Mayor-Calle Toledo y Leganés obtenían la concesión para un recorrido de casi 12 kilómetros (11.227).
Se construyó en varias fases y fueron tres los tramos que hicieron falta para completar la línea, y salvar los impedimentos de la geografía madrileña por esta parte de la capital. Como eran la bajada brusca de la calle de Toledo , puerta de Toledo y el puente sobre el rio Manzanares y la fuerte subida por el camino de Leganés ( hoy General Ricardos para llegar a los pueblos de Carabanchel Bajo y Carabanchel Alto, y desde allí la bajada en caída libre hasta las inmediaciones del Arroyo Butarque, donde hubo de hacerse un nuevo puente y luego llegar hasta la mismísima villa de Leganés en la Plaza de la Constitución, donde tras dejar a los pasajeros, se tenía que dar la vuelta al vehículo tirado en principio por seis mulas u luego por electricidad, teniéndolos propietarios que tirar una larga línea de abastecimiento para que pudiera funcionar la unidad.
Recorrido
El convoy salía desde la plaza Mayor de Madrid por el Arco de la calle Toledo, bajando la pequeña cuesta hasta pasar por delante de la Basílica de San Isidro para encaminarse calle abajo hasta la glorieta de la Puerta de Toledo, bajando muy despacio por el paseo de los Ocho Hilos, llamado así por las hileras de árboles que tenía, para cruzar el antiquísimo puente de Toledo, que había servido en siglos anteriores para salir de la capital para adentrarse en los caminos hasta la ciudad imperial toledana.
Más tarde se subía por el camino de Carabanchel y de Leganés que ahora conocemos como la avenida del General Ricardos, donde solo se podía ver a la derecha un trocito del edificio de la ermita de San Isidro.
Se llegaba al pueblo de Carabanchel Bajo, atravesando la actual calle Eugenia de Montijo y pasando cerca de las grandes casonas de los marqueses de Salamanca, de la mismisima Eugenia de Montijo y luego Carabanchel Alto pasando por su Plaza Mayor, la iglesia de San Pedro y su alta torre y por las mismas puertas del Ayuntamiento carabanchelero, para subir por la calle, que antes era camino y luego carretera de Leganés y ahora lugar de asentamiento de Regimientos militares de automovilismo.
Aquel tranvía, tirado por unas mulillas, descrito con exactitud por e médico Luis Albehillé Rodríguez Fito en su «Topografia Médica de Leganés» 1923-1925, ponía rumbo a la carretera de Carabanchel a Leganés bajando por una larga cuesta que llegaba entre campos de trigo, amapolas y cultivo a las mismas inmediaciones del arroyo de Butarque, donde se construyó un puente de una sola vía, cercano a la Finca de la Mora sobre las pocas aguas que discurrían desde los terrenos de la antigua aldea, origen de la villa de Leganés, hasta la zona de Prado Overa y la Torrecilla.
La cabecera de la linea estaba en la Plaza de la Constitución
La última estación estaba situada en la misma plaza de la Constitución, en la actual Plaza España, cerca del edifico del Ayuntamiento, el estanco, el bar de los Gaytanes y el puesto de Doña Dora. Se bajaban los viajeros, militares, curas, enfermeros, médicos y vecinos y los responsables del transporte cambian el tiro de mulas primero y luego el raíl de la electricidad.
Hubo muchos accidentes y descarrilamientos y algún que otro herido grave, pero con este moderno medio de comunicación se pudo ir transformando poco a poco una pequeña aldea (Villa) como era Leganés, en un lugar al que se podía uno acercar por la mañana , solucionar el problema por el que se había acercado y de tarde volver a la capital cómodamente.
Transformación y desaparición
Dos años después de su instalación que fue un 29 de junio de 1879, las mulas fueron paulatinamente siendo sustituidas por una maquinaria eléctrica, primero de vapor y luego de tracción (eléctrica). Los coches tirados por animales fueron paulatinamente despareciendo para crear otros tranvías un poco más modernos. El sistema de electrificación se llevo a cabo en toda la línea hasta el año 1906. Y desde entonces, solo se hicieron algunos arreglos.
Pero debido a las continuas guerras en las que participaba España, la pandemia de la Gripe Española de 1918-20 y más tarde la guerra civil, fue poco a poco dejando su importancia a otros medios de comunicación.
Nace la empresa de autobuses Martín,
Fue más tarde, pasada la Guerra Civil y llegados los años 50 cuando decayó este primer negocio de transporte debido a la constitución de la empresa de Transportes Martin. Esta empresa de autobuses La Martin comenzó a ocupar el lugar de los tranvías en sus líneas de Madrid a Leganés , y las nuevas “camionetas” dieron al puntilla a un medio de transporte que fue lo mejor de lo que podría haber pasado para los usuarios del transporte en Leganés, pero que con los años había quedado obsoleto.
Mi amigo el policía municipal Martín Urrutia, me contó años más tarde que el aun recordaba haber visto los railes del tranvía tapados con los adoquines de la plaza. Railes que fueron más tarde arrancados y trasladados a un almacén municipal en los años 90 del pasado siglo.