POR BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA (ALICANTE).
La tauromaquia como recurso publicitario no sólo se utilizó en los envases de los turrones y dulces, sino que en la década de 1960 y 1970 se amplió su campo de acción hacia los objetos publicitarios. Calendarios, banderines, pai pai, carteles publicitarios impresos por las empresas turroneras se llenaron de escenas taurinas buscando a los posibles turistas que llegaban a nuestro país.
Pai pai de la marca El Lobo.
En la década de 1960 la factoría de Hijo de Manuel S. Soler puso en el mercado un pai pai de cartón para publicitar su marca El Lobo. Sus dimensiones son: 18 x 12 cm (alto x ancho), fue diseñado por Reclamos F. Puig de Barcelona y se puede contemplar en el Museo del Turrón.
En el centro del anverso se inserta un rectángulo vertical con un dibujo con trazo suelto de un torero que da un pase de pecho con la muleta y de fondo el coso taurino. En la esquina inferior derecha junto a la firma un sombrero cordobés refuerza el valor simbólico de la escena. Este dibujo está realizado de forma naturalista y realista. Acompañando al rectángulo y sobre un fondo rojo aparecen las siluetas en negro; a la izquierda de un hombre vestido con el traje de cordobés y; a la derecha la de una mujer que luce el traje de sevillana. Estas figuras están trazadas de forma esquemática.
En la zona del mango sobre fondo blanco se inserta el texto: “Recuerdo de España” en castellano, inglés, francés y alemán. Sobre estas palabras se dispone la silueta en rojo de una guitarra, imagen gráfica del flamenco, uno de los tópicos por excelencia que representa a España.
En el reverso, que es de color crema, se ha impreso unas frases que incitan al consumo del producto: “¿lo probó? ¿le gustó? // por favor recomiende a sus amistades” seguida del nombre de la marca “Turrones El Lobo // JIJONA (ESPAÑA)” y de una frase que pretende publicitar la calidad del producto a través de su antigüedad “Casa fundada en 1725”.
Calendario de la marca El Lobo
Esta misma sociedad comercial en la década de 1960 regaló a sus clientes calendarios, en cuya parte superior se estampó sobre cartón por la empresa Reclamos F. Puig de Barcelona alguna imagen taurina. Sus dimensiones son: 32,7 x 23,8 cm (alto x ancho).
En el Museo del Turrón se conservan dos ejemplares. En el primero presenta un dibujo, realizado con trazo muy suelto, de un torero que está utilizando la suerte con muleta y dando un pase de pecho ayudado por alto.
En el segundo el torero, que luce un traje blanco, realiza con la muleta un pase natural. En la parte inferior del dibujo se halla el nombre de la marca “Turrones El Lobo // JIJONA // (ESPAÑA).
Carteles anunciadores de corridas de tela
Conocemos por diferentes carteles anunciadores de tela, que se conservan en la colección del Ayuntamiento de Xixona, que durante el verano de 1966 la empresa Monerris Planelles SA fue más allá en el mundo del marketing y patrocinó diferentes corridas de toros a lo largo de la geografía española. Durante estos festejos actuó un novillero apodado, curiosamente, El Almendro.
Todos los carteles presentan las mismas características: un torero a la izquierda, el texto a la derecha y a los pies el anuncio de la marca de turrones y dulces El Almendro. En este anuncio adquiere, por sus dimensiones, gran protagonismo la figura de Pepito el Almendrito.
La relación de festejos es la siguiente:
- Feria Taurina de Alicante programada del 23 al 29 de junio de 1966 con cinco corridas de toros.
- Fiestas en honor de San Juan y San Pedro durante los días 23, 24, 26, 29 y 30 de junio de 1966 en la Monumental de Barcelona. El día 24 de junio se lidiaron 6 novillos por: El Macareno, Paquirri y el Almendro. En este cartel se aprovecha la ocasión para citar la delegación de Monerris Planelles en Cataluña, sita en la calle Juan de Garay 44 de Barcelona.
- Feria de Málaga celebrada del 31 de julio al 7 de agosto de 1966 con 8 magníficas corridas de toros.
- Feria de la Semana Grande de San Sebastián con 9 corridas de toros, del 13 al 21 de agosto de 1966.
- Feria de Murcia con 4 corridas de toros y una novillada programadas del 4 al 9 de septiembre de 1966. El 4 de septiembre se organizó una novillada con: El barquillero, Almendro y Ricardo Fabra.
Estos carteles fueron diseñados por la empresa Exclusivas ALCE y realizados por la imprenta Suarez.
Banderines
Los banderines fue otro sistema publicitario utilizado para publicitar los turrones y dulces jijonencos. En la colección del Ayuntamiento de Xixona conservamos tres banderines, de otras tantas empresas: Monerris Planelles, A. Galiana y Antiu Xixona que apostaron por el empleo de tópicos e imágenes taurinas para promover sus productos entre sus clientes.
Banderín de Monerris Planelles SA
La empresa A Monerris Planelles utilizó el banderín de mayor tamaño, el cual presenta una forma triangular. En la base del triángulo isósceles se rotula con letras negras, centradas y en mayúscula el nombre de la empresa: TURRONES // MONERRIS PLANELLES. Seguidamente aparece el dibujo realizado con colores vivos predominando los ocres, amarillos y rojos. Las figuras no están silueteadas sino que son pinceladas libres y manchas de color las que configuran la imagen del toro y del torero. No hay referencia a la plaza. El torero vestido de oro y verde ejecuta la suerte con muleta de un natural. En el vértice donde se unen los dos lados iguales se ha dispuesto el nombre de la marca con letras centradas y en minúscula: el almendro, y debajo su anagrama y las palabras JIJONA/ESPAÑA. Rematando el vértice aparece la bandera de España.
Banderín de la empresa A. Galiana
La empresa A. Galiana también repartió un banderín publicitario. Posee una forma pentagonal con un vértice apuntado en su parte inferior. En la parte superior, sobre el fondo del emblema nacional, se observa a la izquierda la palabra: “turrones” en minúscula y con caracteres de imprenta, en el centro el escudo de la ciudad de Xixona, aunque sin la L y F que suele aparecen a los lados y por último a la derecha la palabra “Galiana”, en minúscula y con caracteres que simulan estar hechos a mano. Debajo aparece en letras mayúsculas, centradas y a color el nombre de uno de los distribuidores de la empresa en los Estados Unidos: C.P.A. // 1060 W. TEMPLE STREET // LOS ANGELES // CALIFORNIA.
En esta ocasión se ha apostado por una imagen diferente al ser el protagonista un banderillero en el momento de clavar las banderillas sobre el lomo del animal y éste embiste con la cara levantada. En esta ocasión el contorno de las siluetas está marcado con trazos negros amplios; en cambio en el interior predomina la pincelada suelta y la mancha de color, creando unas figuras de fuerte impacto. Al fondo unos trazos simulan el burladero.
Banderín de la empresa Sanchis Mira e hijos
La empresa Sanchis Mira e hijos utilizó un banderín de forma cuadrangular con un vértice inferior apuntado.
En el banderín se juega con uno de los lemas más populares de la marca: ¡Queremos turrón, turrón, turrón, pero que vea que sea! Antiu Xixona”. En la parte superior los rostros: a la izquierda de un niño ataviado con un sombrero cordobés y a la derecha, de una niña con una peineta, pronuncian las palabras: “turrón, turrón, turrón”. En la parte inferior una niña vestida con el traje de volantes y luciendo una peineta, que pronuncia con un ligero acento andaluz: ¡pero que vea que zea! // ANTIU XIXONA.
En el centro del banderín, apenas silueteado con trazos negros, se encuentra un torero que acaba de dar muerte al toro y brinda al tendido.
Como hemos podido comprobar desde finales de la década del 1950 y durante las dos siguientes décadas los publicistas intentaron aproximarse al mundo del incipiente turismo, que llegaba a nuestras costas, y a las capas más populares de nuestra querida España mediante el empleo de la tauromaquia como elemento identificativo de los valores más arraigados de la cultura española. Así, no sólo los envases de turrones y dulces, sino también los incipientes objetos publicitarios, como calendarios, paipais, banderines se vieron cubiertos con las imágenes estereotipadas de toreros y picadores.
Los productos que se ofrecían eran de una calidad inferior con la finalidad de conseguir mejores precios y abarcar a la mayor cantidad de consumidores. Además, muchos de ellos estaban destinados a la exportación, con lo que a su precio de producción había que sumar el costo del transporte hasta los puntos de venta en tierras allende el océano.
Esta imagen típica y tópica se complementa en aquellos tiempos con la utilización también de monumentos y trajes tradicionales de las diferentes regiones que configuran nuestra patria, aunque estos ejemplos quedarán en el tintero para ser desarrollados en la próxima edición.
BIBLIOGRAFÍA:
GARRIGÓS SIRVENT, Bernardo, «El typical spanish en la publicidad del turrón a mediados del siglo XX: Toros y toreros», El Programa, Xixona, Federació de Sant Bartomeu i Sant Sebastià, 2018, págs 162-173.